La Giganta de Jocoro es un orgullo de esa municipalidad y es un icono de la identidad salvadoreña, igual que la Siguanaba y el Cipitío, y nos recuerda que en algún momento se habló que existieron los gigantes en El Salvador.
La giganta, también conocida como la muñecona o la gigantona de Jocoro, es una figura carnavalesca de casi tres metros de altura que se dio a conocer porque le ponía ambiente a las fiestas patronales del municipio de Jocoro, en Morazán, las cuales se realizan entre el finales de enero y principios de febrero de cada año, en honor a la Virgen de Candelaria.
La Giganta desfilaba al inicio solo de noche junto a una variopinta corte de honor, formada por enmascarados y por personajes de las leyendas salvadoreñas, quienes bailaban en las principales calles al compás de música de banda.
Alcanzó tanta popularidad que hoy en día es solicitada en las festividades de otros pueblos, incluso en las fiestas patronales de San Salvador, y sorpresa, también en celebraciones que organizan compatriotas afuera del país.
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Orígenes de la Giganta de Jocoro – ¿Existieron los gigantes en El Salvador?
La historia de la Giganta comenzó en 1908, cuando se extraía oro de las minas de Jocoro, en cantón San José, y se encontró un esqueleto de dos metros de altura, dando pie a la leyenda de que hubo gigantes en El Salvador.
Más osamentas de gigantes se hallarían después, lamentablemente el suceso no se pudo documentar porque los restos óseos fueron llevados al exterior, supuestamente para un estudio más exhaustivo.
Sin embargo, en la tradición Lenca se habla de gigantes e incluso algunos piensan que son los autores de las formación y decoración de megalitos en Corinto, Morazán.
La idea de recrear en madera una giganta la tuvo en 1940 José Neftalí Hernández (Don Bila), que la fabricó de tres metros de altura, ojos grandes y sonrisa carmesí, y recorrería las calles durante las fiestas patronales.
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La popularidad de la Gigantona de Jocoro: Réplicas, casamiento y familia
La Giganta de Jocoro no podía estar presente en cada celebración patronal de El Salvador, lo que dio lugar a que se fabricaran varias réplicas del personaje, incluso en la capital.
La historia de este personaje tuvo un giro de 180 grados en febrero de 2006, pues de la mano de Don César Romero, en el Día del Barrio Nuevo, apareció el Gigante, quien anduvo de novio algunos meses con la Giganta.
Los gigantes tiempo después se casarían y procrearían dos gigantillos, la boda fue todo un acontecimiento, se invitó a todos los pobladores, quienes firmaron el libro de invitados, y celebraron con bailes, comida y bebida.
¿De qué está hecha la Giganta de Jocoro?
Los artífices de los gigantes señalan que la armazón principal del cuerpo es elaborada con varas de bambú, sostenida por bejucos de chupa chupa, lo cual permite que los gigantes no pesen mucho.
En el interior se le coloca un yagual, una rosca que se usa para llevar peso sobre la cabeza, para que la persona que manipule a la Giganta pueda moverse y bailar sin problema, mientras que los brazos son hechos de henequén.
El rostro se fabrica con madera de jiote que es perfecta para ser labrada, sus pechos son de morro y los cabellos son hechos con retazos de mezcal o de cabello natural.