Alberto Masferrer es reconocido como uno de los escritores más destacados en la historia de El Salvador gracias a su pensamiento crítico de la situación social en el país y a sus obras que siguen siendo influyentes hoy en día.
En sus 64 años de vida, Masferrer se destacó en ámbitos como la filosofía, el periodismo, la poesía, e incluso incursionó en política. “El más iluminado de los pensadores sociales que ha visto nacer Centro América”, escribió David Escobar Galindo por el 60 aniversario del fallecimiento del escritor.
Historia de Alberto Masferrer
Su Infancia
Vicente Alberto Masferrer Mónico, nacido en Tecapa (Alegría), Usulután el 24 de julio de 1868, según Cuadernos Masferrerianos N° 2., del Ministerio de Educación de la República de El Salvador.
Hijo de Leonor Mónico, ciudadana salvadoreña y el español afincado Enrique Masferrer. Inicialmente, su padre no lo reconoció como hijo legítimo, además, sus padres nunca se casaron ni formaron una familia. Tras un tiempo, su padre lo acepta y viven juntos por alrededor de diez años.
Sus primeros estudios los cursó en la ciudad de Jucuapa, en Usulután. Al cumplir diez años, Alberto Masferrer se traslada a San Salvador, para estudiar en un colegio fundado por la francesa Agustine Charvin. Ella es reconocida por fundar la educación preescolar en El Salvador, gracias al Jardín de la Infancia, primer kínder nacional y centroamericano, según señala el historiador Carlos Cañas Dinarte.
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Juventud y experiencia en docencia
Masferrer fue enviado a Guatemala por su padre en 1883, debido a que Alberto se negó a cumplir un castigo impuesto por este. Desde entonces, el salvadoreño se dedicó a viajar entre Guatemala, Honduras y Nicaragua, sin un rumbo fijo.
En Rivas, departamento de Nicaragua, es contratado como docente. Gracias a esta experiencia, es enviado hasta la isla de Ometepe, del mismo departamento, considerada la mayor isla del mundo en un lago de agua dulce. En la isla impartiría clases en el presidio que se estaba levantando.
Ganada la suficiente experiencia, Masferrer se traslada hacia San Rafael Sur, en Managua, Nicaragua, donde se convierte en director de la Escuela de Varones. Posteriormente, en 1885, viaja hasta Costa Rica, sin embargo, se queda en el país únicamente por un año. Para el siguiente, en 1886, regresa a El Salvador, asentándose en El Carrizal, municipio de Chalatenango.
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Masferrer reside por tres años en El Carrizal, para, posteriormente, regresar a Jucuapa, en 1889, donde se convierte en el director de la escuela del municipio. Fue en esta misma escuela donde el escritor salvadoreño recibió su primera educación.
Un año después, en 1890, Masferrer asume el cargo de subdirector en Sensutepeque, Cabañas a la par de ser archivero de la Contaduría Mayor en San Salvador, sustituyendo a don Juan de Dios Iraheta, por el acuerdo ejecutivo del 17de diciembre de 1889, redactado en el Diario Oficial, Tomo 27, Número 295.
En 1892 es nombrado director del Diario Oficial y para 1900 era el secretario del Instituto Nacional.
Cargos diplomáticos y vida política
En 1901, Alberto Masferrer es nombrado cónsul de El Salvador en Buenos Aires, Argentina. Su trabajo diplomático lo llevó a los consulados salvadoreños en Santiago de Chile, Chile en 1902; San José, Costa, en 1907 y, finalmente, Amberes, en el país europeo, Bélgica, en 1910.
Su trabajo también lo llevó a ser designado como delegado de El Salvador en la Conferencia de La Haya, Cuba, en 1912. También fue colaborador en el Segundo Congreso Científico, que se llevó a cabo en Washington, Estados Unidos, en 1915. Además de ser escogido como asesor del Ministerio de Instrucción Pública en 1916.
Claudia Lars, una de las poetisas más importantes de El Salvador, denominó a Alberto Masferrer como “maestro y director de multitudes” por su carrera internacional.
En 1930, se convierte en el ideólogo y director de la campaña política del presidente Arturo Araujo. Su vida política inicia con la premisa fundamental de la lucha por los derechos individuales, lucha que debía ser, por, sobre todo, pacífica.
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La guatemalteca Marta Elena Casaús Arzú estudió por una década el trabajo de Alberto Masferrer. Casaús Arzú es doctora en Ciencias Políticas y Sociología.
Arzú comenta, según su trabajo investigativo, que la participación de Masferrer como director de la campaña política de Arturo Araujo fue porque pensó que podía, desde la cúpula y el poder, hacer cumplir el proyecto social del mínimum vital, que no dio resultados. Dos años después, en 1932, renuncia a su cargo y se separa de Araujo y sus posturas.
Es exiliado a Honduras en 1932, debido a la toma de poder de Maximiliano Hernández Martínez.
Obra literaria de Alberto Masferrer
El trabajo de Alberto Masferrer es reconocido nacional e internacionalmente por su contenido caracterizado por contar con una mezcla de socialismo y misticismo religioso junto a crítica de los problemas sociales de la época. Escribió 17 obras en vida y se publicaron dos más de manera póstuma. El escritor, ocasionalmente usaba el seudónimo de “Lutrin”.
Paralelamente a su trabajo literario, Masferrer se desempeñó como periodista. En 1923 se convierte en editor del periódico El Día y cinco años después, en 1928, junto a Alberto Guerra Trigueros y José Bernal, fundan en San Salvador el periódico Patria, donde estaba a cargo de la sección editorial. Además, Masferrer contaba con una columna titulada “Vivir”, que fue recibida con buenas críticas.
Internacionalmente, y bajo su seudónimo, escribía para el periódico El Chileno, de Santiago de Chile y El Mercurio, en Valparaíso, ambas ciudades de Chile, según afirman Reina Miranda e Isaac Pérez en El Universitario, periódico de la Universidad de El Salvador.
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Como escritor, Alberto Masferrer publicó las siguientes obras:
- Páginas (1893).
- Niñerías (1900).
- Recortes (1908).
- Las Nuevas Ideas (1910).
- ¿Qué debemos saber? (1913).
- Leer y Escribir (1915).
- Pensamientos y Formas (1921).
- Una Vida En El Cine (1922).
- El Buitre Se Tornó Calandria (1922).
- Ensayo Sobre El Destino (1925).
- Las Siete Cuerdas De La Lira (1926).
- El Dinero Maldito (1927).
- Helios (1928).
- La Religión Universal (1928).
- El Minivum Vital (1929).
- Estudios y figuraciones de la vida de Jesús (1930).
- El Libro De La Vida (1932).
De manera póstuma, se publican El Rosal Deshojado (1935) y Prosas Escogidas (1968).
Últimos años de vida de Alberto Masferrer
Finalmente, tras su exilio a Honduras en 1932, la salud de Alberto Masferrer se deterioró gravemente. El salvadoreño sufría de problemas de salud y durante su vida adoleció de diferentes enfermedades.
“Falleció en la ciudad de San Salvador, en la noche del domingo 4 de septiembre de 1932. Considerado una verdadera manifestación nacional de duelo, su sepelio tuvo lugar en la tarde del día siguiente, en el Cementerio General capitalino”, escribió Carlos Cañas Dinarte, en su libro “Diccionario de Autoras y Autores de El Salvador”.
En su honor existen diferentes escuelas en El Salvador que llevan su nombre, a la par de plazas y monumentos. También existe la Universidad Alberto Masferrer, que ofrece su fuerte influencia educativa sobre las nuevas generaciones, educando a los salvadoreños.
Finalmente, por decreto legislativo del 30 de agosto de 1949, la tumba de Alberto Masferrer es considerada como un Monumento Nacional de El Salvador.
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