El pollo es uno de los alimentos principales en la dieta alimenticia de los salvadoreños. Esto explica que el restaurante de origen Guatemalteco Pollo Campero, encontrará un mercado potencial en El Salvador hace 50 años.
Según encuestas y la opinión de muchos salvadoreños, el pollo frito empanizado favorito en el país es Pollo Campero. Debido a su incomparable sabor que describe su lema “tierno, jugoso y crujiente”, se ha convertido en el favorito de la población salvadoreña casi desde que inició operaciones.
Historia de Pollo Campero
De acuerdo con el sitio web oficial del Restaurante Pollo Campero, el negocio nació en Guatemala en 1971, liderado por Don Juan Bautista Gutiérrez en compañía de su hijo Dionisio. Un año después se expandió a otros países como El Salvador en Centroamérica.
Tiempo después en la década de los noventa, Pollo Campero comienza su proceso de expansión global, obteniendo un crecimiento en Latinoamérica. Luego en el año 2002 Pollo Campero ingresa a Estados Unidos y obtiene la aceptación de inmediato, logrando romper récords de venta en la industria con las primeras aperturas.
El éxito de Pollo Campero se extendió hasta los mercados de Europa y Asia, con la apertura de restaurantes en España en 2006, China e Indonesia en 2007 y en el año 2010 llegó hasta la India, expandiendo el negocio hacia diferentes puntos del mundo.
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La historia del restaurante según Francisco Pérez de Antón
El libro “Memorial de Cocinas y Batallas: La Singular Historia del Nacimiento y Desarrollo de Pollo Campero (1969-1984)” escrito por el empresario y escritor español Francisco Pérez de Antón, cuenta a profundidad los inicios de esta exitosa cadena de restaurantes que en la actualidad se mantiene en los índices de preferencia y en continuo crecimiento.
La historia que narra el libro abarca quince años y transcurre desde la gestación de Pollo Campero, en 1969, hasta 1984, fecha en que los negocios dejaron de ser un estímulo o un reto para el escritor. Posteriormente, de Antón deja el rubro para dedicarse a lo que le atraía desde que era adolescente, el periodismo y la literatura.
“Pollo Campero tuvo orígenes muy modestos deviene hoy timbre de honor para quienes desarrollamos una empresa que hoy empieza a pasear por el mundo su pujanza y su prestigio”, comenta Francisco Pérez de Antón.
El escritor describe minuciosamente los detalles y todo el proceso que tuvo que realizarse para que Pollo Campero se transformara en un negocio de éxito que perdura en la actualidad.
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“La historia de Pollo Campero no es más que el relato de las batallas que fue necesario librar para evitar que, a pesar de su éxito, se desmoronara, y de lo que costó construir sus primeras veinticinco cocinas”, agrega Pérez de Antón.
El autor menciona que el restaurante nació de la necesidad de vender pollo en otras formas que no fuera crudo. Esta tarea se la encomendó él mismo para ampliar el consumo de carne de pollo en Guatemala.
Pérez de Antón era socio industrial en Granja Villalobos, la empresa avícola del Grupo Gutiérrez liderada por Don Juan Bautista Gutiérrez, a quien se le reconoce como el fundador de Pollo Campero.
“Ninguno de los hombres que me ayudaron a consolidar el invento, y menos yo, habíamos frito jamás un pollo ni conocíamos el negocio de hostelería ni teníamos secretos culinarios que poner en venta”, explica Francisco Pérez de Antón.
El inicio de sus operaciones en El Salvador
En 1971 en el país se fundó la sociedad llamada Avícola Salvadoreña, integrada por uno de los principales productores de huevos salvadoreños y Francisco Pérez de Antón, con el objetivo de producir pollo en El Salvador. Esto permitió que un año más tarde en 1972, iniciaran operaciones en tierras salvadoreñas.
En ese año se aperturó el primer restaurante en el Bulevar de los Héroes, a pocos pasos del hotel Camino Real (actual hotel Real intercontinental), según menciona Francisco Pérez de Antón en su libro.
Al igual que en el caso de Guatemala, en el país su éxito fue casi de inmediato. La causa del éxito era la misma, el sabor del pollo frito empanizado. El fenómeno de Pollo Campero fue tal que muchos salvadoreños pensaron (y algunos más, piensan) que era originario del país.
Tiempo después en 1982 se inauguró el séptimo restaurante en el país y con el paso del tiempo se fueron abriendo más sucursales en diferentes puntos de El Salvador, convirtiéndose en el negocio de pollo favorito de otro país centroamericano.
El menú de Pollo Campero
Cuando el negocio se estableció como un restaurante en el país, su menú era sencillo y solo ofrecían pollo frito empanizado, acompañado de ensalada de repollo y de postre pastel elaborado en el mismo negocio, esto en el caso de Guatemala.
Al pasar de los años y por la demanda de los clientes se fueron integrando otras opciones tanto en pollo, acompañamientos, postres y bebidas.
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Actualidad del restaurante
En la actualidad Pollo Campero está presente en 12 países alrededor del mundo, sirve a más de 80 millones de clientes cada año a través de una red de más de 300 restaurantes.
En El Salvador existen más de 15 sucursales del restaurante. Además, en el país existe la marca hermana Don Pollo, que funciona en diferentes lugares nacionales.
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Pollo Campero, un alimento nostálgico
El Pollo Campero se ha convertido desde hace varios años en un alimento nostálgico. En el aeropuerto de El Salvador y de otros países, es común observar a muchos pasajeros con sus bolsas de pollo antes de abordar el avión; ya sea para su propio consumo o para sus familiares que los esperan en el destino al que viajan.
Uno de los principales destinos al que muchos pasajeros llevan su Pollo campero es a los Estados Unidos de América. Esto lo hacen para disminuir la nostalgia que sienten sus familiares que emigraron a dicho país, por no poder degustar el pollo con el sabor característico de El Salvador.