Izalco, en el occidente de El Salvador, es un municipio que por mucho tiempo fue importante en la producción de cacao. Pero, popularmente, también es conocido como el “Pueblo de los Brujos”. Gracias a sus tradiciones indígenas sus pobladores son reconocidos como los Brujos de Izalco.
Además, la medicina en la zona tiene un aspecto religioso-medicinal. Los brujos de Izalco curan enfermedades naturales, pero también espirituales.
“No es un mito, es una realidad, porque nuestros abuelos curaban con hierbas. Ellos eran tatas y nanas que ellos curaban cualquier enfermedad, sobrenatural y natural”, expresa una de las habitantes de Izalco.
Izalco, Ciudad de las casa de obsidiana

Izalco tiene su origen en la fusión de dos pueblos diferentes. Durante la época de la Colonia, Asunción (conocido también como Izalco Abajo) y Dolores (conocido también como Izalco Arriba) se unieron, convirtiéndose en una sola villa.
Al visitar el municipio, es posible encontrar dos iglesias coloniales y dos parques. Esto debido a la fusión de ambos pueblos.
El historiador Jorge Lardé y Larín, plantea que el nombre de Izalco proviene de las raíces “itz” = obsidiana; “cal” = casa, y “co” = lugar, lo que se traduce en “Ciudad de las Casas de Obsidiana”.
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Tradiciones indígenas de sanación y el origen de los Brujos de Izalco
Los conquistadores españoles que se asentaron en Izalco tuvieron gran relación en que actualmente al pueblo se le conozca como “Pueblo de los Brujos”. En Izalco, las tradiciones indígenas de sanación se guardaron profundamente.
La fusión de ambos pueblos consiguió que estas tradiciones se mantuvieran a través del tiempo, sin sufrir cambios drásticos.
Los españoles, creyentes del catolicismo, veían con temor y desconocimiento las prácticas que realizaban los izalqueños, por lo que tacharon de brujería sus prácticas. Empezaron a verlos como brujos.
Juliana Ama, directora de la Fundación Ama y descendiente de Feliciano Ama, relata que muchas de estas tradiciones indígenas se perdieron en la masacre de 1932. Muchos habitantes tuvieron que sacrificar su lengua materna, vestimentas típicas y costumbres tradicionales para sobrevivir.
Debido a esta situación, los pobladores de Izalco son celosos con sus costumbres y no suelen compartirlas con personas ajenas a su círculo familiar o de confianza.
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Los curanderos

Por otra parte, existen también los curanderos o chamanes. Estos se definen muchas veces como médicos naturópatas, que, además, cuentan con conocimientos de espiritismo.
Topdoctors, página web especializada en temas de medicina, explica que la naturopatía engloba una gran variedad de técnicas de medicina alternativa. Estas estimulan la capacidad curativa innata del cuerpo y facilita el alcanzar un buen estado de salud.
Los curanderos en Izalco pasan por un proceso empírico de aprendizaje que puede durar años. En este tiempo, aprenden acerca de las enfermedades y sus síntomas característicos y las propiedades curativas y místicas de las plantas y cómo pueden curar estas enfermedades.
Por otro lado, los curanderos se consideran a sí mismos como personas dotadas con un “don de Dios”. Este don, es para curar en beneficio de sus pacientes, sin embargo, no es para revelar sus conocimientos.
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Además, los curanderos en Izalco conservan los conocimientos naturales y místicos que se les transmiten en su círculo familiar. Desde bisabuelos, hasta padres, capacitando a sus descendientes en estas prácticas.
“Los curanderos de Izalco son reservados y cuidadosos para compartir sus conocimientos con personas que están fuera del círculo familiar y de confianza, ya que han comprobado que existen personas que irrespetan sus conocimientos y creencias comentándolas en forma de burla”, expresa Beatriz Castillo en su investigación: “Medicina Tradicional entre los indígenas de Izalco, Sonsonate, El Salvador”.
Cabe mencionar que, al no limitarse a curar enfermedades de índole natural, sino también espiritual, los curanderos también dependen de la protección de espíritus. Al enfrentarse a estos malos espíritus, también se exponen a peligros.
Existe todo un proceso antes de realizar “una limpia”, como le llaman al proceso de curación. Este va desde ayunos, hasta la abstinencia sexual. Después del tratamiento, inclusive, es necesario que realicen una limpia sobre sí mismos.
Macario Canizales, el brujo de Izalco

Existe un personaje a mencionar dentro del misticismo de los brujos y curanderos de Izalco. Macario Canizales, Macario Tepas Canizales, hermano Macario, “El Cachimbón”, todos estos son nombres por los que es conocido este “santo popular”.
Según la historia, Macario Canizales fue un importante curandero indígena de Izalco. Fue un especialista en medicina tradicional y, aunque Macario ya falleció, muchos izalqueños siguen recurriendo a él.
Al hermano Macario se le pide sanación de enfermedades, protección contra el mal, enseñanzas sobre cómo usar plantas medicinales. Inclusive, se le pide ayuda para encontrar el amor. Según pobladores de Izalco, se sabe de él desde 1878, puesto que espiritistas ya trabajan con su espíritu.

“Cuando murió solo encontraron la ropa y unos huesitos, y eso es lo que está enterrado. Entonces se volvió un espíritu… antes, más que todo curaba gente cuando estaba vivo, entonces de ahí vienen que hoy cuando necesitan, más que todo le piden para una enfermedad, pero él les da medicina natural, pero él también les pide que le traigan guaro (alcohol). Él trascendió, se volvió un ser de luz. Él, como los abuelos, se armonizó con la naturaleza y se unió a ella”, manifestó un poblador de Izalco a Martha Herrera y Heriberto Erquicia investigadores que publicaron un texto acerca de las creencias en Izalco.
Con la investigación titulada “Macario Canizales: la dualidad étnica de un santo popular”, ambos buscan rescatar las tradiciones culturales de Izalco, con la finalidad de difundir y dar valor a sus creencias.