La veneración a la advocación de Virgen de Guadalupe es vivida por la comunidad católica salvadoreña. Cada año, miles de salvadoreños visitan la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe el 12 de diciembre, día que se conmemora su aparición en el Cerro de Tepeyac.
Entre los honores que los salvadoreñas realizan durante esta fiesta destaca el uso de vestimenta que evoca a los pueblos indígenas. Ello para recordar la predilección de la Virgen para aparecerse al indígena y ya Santo, Juan Diego. Así mismo, la ofrenda de flores, recordando aquellas rosas que milagrosamente hicieron estampar su imagen en el manto del indio Juan Diego en en el año 1531.
La Virgen de Guadalupe: Una Veneración Centenaria

En este 2022 se cumplen 101 años de la construcción del primer templo en La Ceiba. Hace un siglo, con este nombre se conocía a un cantón. En aquellos tiempos se hacía lejana de la ciudad capital y de Santa Tecla.
El padre Antonio Brunetti, italiano, llegó a esta aldea casi despoblada a principios de octubre de 1921. Su llegada al país significó también la venida de la Orden Somasca a Centroamérica.

Tras consultar al arzobispo de San Salvador, monseñor Pérez Aguilar, el Padre Brunetti decidió erigir y beneficiar a La Ceiba con un santuario. Así, este estaría dedicado a la Virgen de Guadalupe. Además, en el tiempo récord de 40 días se construyó la capilla. Finalmente, esta se inauguró en la conmemoración de esta advocación el 12 de diciembre de 1921.
Desde entonces, y por iniciativa del padre Brunetti, se agregó el nombre de la Virgen al nombre del cantón: La Ceiba de Guadalupe.
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La Construcción de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe

El 12 de diciembre del año 1945 se colocó la primera piedra del nuevo santuario, el que ahora conocemos. En 1946, los hermanos somascos iniciaron la campaña para recoger fondos junto con la ayuda de la Asociación de Damas Guadalupanas.
De acuerdo con la historia publicada por esta congregación, el fundador de esta asociación, padre Mario Casariego, fue quien llevó a término la construcción de la Basílica. Entre los principales financistas destaca Walter Tilo Deininger. Este personaje también es histórico por sus múltiples donaciones y financiamiento de otros diversos proyectos.
El 12 de mayo de 1951, el ingeniero y dibujante del templo, Augusto Baratta, tomó las riendas de la construcción. Finalmente, el 11 de diciembre de 1953, el Monseñor Luis María Martínez, arzobispo y primado de México, consagró el templo.


El día siguiente, Monseñor Jenaro Verolino, nuncio apostólico, ofició la Santa Misa Pontifical y la jubilosa Coronación de la imagen de la Virgencita Morena.
El lienzo está enmarcado en un retablo de mármol de Carrara, una réplica del antiguo altar mayor de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, situada en el cerro del Tepeyac, en México.
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El Cuadro de la Virgen de Guadalupe en América

El Presbítero José Encarnación Argueta, abanderado del guadalupano salvadoreño, ordenó a un pintor en Roma una copia fiel de la Virgen de Guadalupe, venerada en la ciudad de México. Además, el Papa San Pio X bendijo este lienzo.
La obra fue colocada en un templo en el cerro de las Delicias, en Santa Tecla. Pero el terremoto de la erupción del Volcán Quetzaltepeque lo destruyó, mas no a la imagen. Esta fue llevada a la iglesia El Carmen y, posteriormente, a la parroquia Concepción, ambos en Santa Tecla. Finalmente, el padre Brunetti la pidió al párroco Salvador Revelo, quien la cedió para la nueva capilla en La Ceiba.