El chocolate salvadoreño tiene un representante que destaca a escala mundial. Un producto que cuida su proceso de la semilla a la barra: Belú Cacao.
“Un buen chocolate es como un buen vino o un buen queso”, explica Emily de Urías, creadora de la chocolatería Belú Cacao.
Emily conversó con Guanacos.com sobre el inicio de su chocolatería, los desafíos y los galardones en el International Chocolate Awards. Donde ha puesto en alto el nombre de El Salvador.
Puede leer: Dina Nohemy y la gastronomía salvadoreña conquistan Japón
Belú Cacao, una aventura que comenzó desde cero
La idea de crear chocolate comenzó hace 15 años. Emily cuenta que en esa época su esposo vivía en el extranjero. Al venir de vacaciones, comentaba que quería regalarle a sus amigos algo que fuera bien salvadoreño.
“Empezamos a platicar y pensar sobre lo increíble que era que El Salvador había sido productor de un buen cacao y que de repente se perdió el cultivo”, dijo.
“Pasaron 10 años. Entonces veo en las noticias que iban a incentivar otra vez el cultivo del cacao en El Salvador. Y pensé que quizá no era tan loca la idea que teníamos”, explicó.
“Decidí que quería hacer un buen chocolate. Ahí empezó desde definir qué era un buen chocolate, cómo lo quería hacer. Empezó un reto, una aventura. He empezado de cero”, dijo.
Puede leer: Un rinconcito de sabor salvadoreño en Suecia
Un comienzo lleno de retos
“Cuando decidí hacer chocolate, el primer reto fue encontrar el cacao. Empecé a aprender un montón de cosas. Entre amigos conseguí cacao. Comencé con la tablilla en un molino en Santa Tecla”, contó.
Emily sabía que era el inicio. Su meta era hacer una barra de chocolate. Fue un proceso que llevó tiempo, pruebas y errores. Ella quería un producto de calidad.
Puedes ver la historia completa en la entrevista de La Charamusca:
Chocolate salvadoreño hecho de la semilla a la barra
“Un buen chocolate es como un buen vino o un buen queso. Se pueden sentir todos los sabores de la tierra de origen. Entonces tiene que ser un chocolate bien propio. Un chocolate salvadoreño”, explicó Emily.
“Empecé a investigar a puros videos de YouTube. Le escribí a unos chocolateros en Estados Unidos que hacen de semilla a la barra. A puro internet aprendí y busqué el equipo que necesitaba”, añadió.
Su meta era una barra hecha desde la semilla. Una que haga sentir el sabor del chocolate guanaco.
Un secreto que proviene de la tierra cuscatleca
Emily destaca que lo que hace genuinamente la diferencia de su chocolate es que ha aprendido sobre el cultivo. Ella selecciona los granos que usa.
“He logrado obtener una relación con los productos que incluso saben el peso de semilla que me envían, el fermentado, que es importante porque le da el sabor final”, destaca.
“La gran diferencia entre 2016 a la fecha es que he aprendido a seleccionar el grano. Me hace bien único el chocolate”, dijo.
Llegar a ese punto no fue sencillo. Fue un proceso lograr el respeto de los productores. “Ahora entienden por qué les pido un grano bien fermentado. Saben que no es por fregar”, añadió.
Puede leer: Diseñadora salvadoreña Marta Torres destaca en concurso y programa de televisión internacionales
Chocolate salvadoreño premiado a escala mundial
La chocolatería salvadoreña Belú Cacao ha sido galardonada dos años consecutivos en el International Chocolate Awards. En 2019 ganó bronce en la competencia independiente, realizada en Antigua Guatemala.
Este año ganó plata como segunda bebida hecha con leche y una mención especial por los ingredientes locales utilizados. “Esto es importante. Validan el producto afuera. El tema de la semilla a la barra, de origen único, es nuevo en el mundo”, señala.
Emily contó que el año pasado participó a última hora. Agarró barras de la estantería. La sorpresa fue que un día después la llamaron para la premiación. Este año, debido a la pandemia, envió de nuevo producto del estante.
“Los chocolateros internacionales hacen muchas muestras para tener más chances de ganar. Hacen ediciones especiales. Yo metí producto de estantería. Significa que lo encuentras en la tienda, cualquier día de la semana”, dice.
Para Emily, esto demuestra que es un buen producto. Y todos los días del año. “No es algo especial que no vas a ver en la tienda porque es para competencia. Al contrario, es lo que estoy vendiendo”, recalcó.