Armin Rivera, o “La Tía Armin”, es una joven de 29 años de edad. Su trabajo está enfocado en el área de multimedia, comunicaciones y relaciones públicas. Pero desde pequeña aprendió que podía hacer más desde su metro cuadrado.
Las redes sociales han sido su campo para crear nexos de ayuda a los salvadoreños. Un trabajo que ha potenciado este 2020. A través de su rol en redes, ha logrado impactar a cientos de guanacos.
Pero su buena vibra guanaca no se limita a este año. Ella lleva años trabajando en pro de los salvadoreños. De eso habló con Guanacos.com

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Devolviendo lo bueno a los demás
¿Cómo descubriste que querías ser voluntaria y apoyar causas sociales?
Fue un valor inculcado. Mi madre siempre nos enseñó a que hagamos al menos una actividad de este tipo en la familia. A medida que fui creciendo decidí hacer estas actividades por mí misma.
Creo que ahí nacen estas ganas de querer ayudar, aportar algo o de devolver algo de todo lo bueno que nosotros tenemos a la sociedad.
Años de voluntariado
¿Qué tipo de actividades has realizado?
En años anteriores he ayudado a asilos. Y siempre realizó una fiesta infantil en esta época de Navidad. Me he tomado el caserío El Anonal, en el municipio de Nejapa, que está cerca del botadero de basura.
Este año no lo haré en diciembre, sino en enero. Este sería el quinto año que lo hago. Además, con mis amigos he ayudado al asilo San Vicente de Paul, hemos llevado víveres.
Golpe de realidad
¿Qué encendió la chispa para iniciar por tu cuenta y elegir este caserío?
Mi madre da clases en esa zona. He conocido un poco más las necesidades que tienen ahí. Es un cantón olvidado, no hay transporte público. Y una vez, por cuestiones familiares mi mamá nos llevó y pude ver cómo estaban en la zona.
Eso me impactó para elegir un lugar donde nadie llegaba. Creo que ir y conocer las necesidades de cerca te hace caer en el veinte y darte cuenta que puedes hacer algo. Llegar al territorio fue lo que me movió.

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El trabajo en la cuarentena
¿Qué fue lo que hiciste en la cuarentena y las tormentas para apoyar comunidades?
Esto comenzó con una colecta de amigos. Reunimos 10 bolsas de víveres. Entonces decidí subirlo a mis redes sociales. Y hubo una persona que nos donó cartones de huevo.
Estos cartones sería difícil entregarlos, entonces decidimos hacer una cena para los cuerpos de socorro. Cerca de mi casa hubo una cárcava, vivo en Quezaltepeque. Entonces estaba Cruz Roja, Cruz Verde, Comandos de Salvamento.
Decidimos cocinar y fuimos a las bases a dejar la comida. Ese día entregamos 50 cenas. Subimos esto a redes. Al siguiente día teníamos un donativo de 100 cenas. Y el otro día eran otras 100.
Fue ahí que nos dimos cuenta que las redes sociales tienen un efecto cascada. En esos 15 días logramos entregar 6 mil platos de comida y unas 800 bolsas de víveres, a pura donación de redes.
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La llegada a Nexos El Salvador
¿Cómo llegaste a Nexos, cuál es tu rol?
Les propuse que nos uniéramos, que necesitaba ayuda. Actualmente soy una voluntaria más del grupo. Somos unas 14 personas en la organización y tenemos unos 20 voluntarios. Ayudo en la organización, solicitud de donaciones y en las comunicaciones.
No trabajamos tan frecuentemente por cuestiones laborales. Por lo que tenemos actividades periódicas. Hace como dos semanas llegamos a conocer una nueva comunidad. Estamos preparando una entrega de juguetes. Y en enero haremos la entrega de útiles en enero.

“Aprendí a ser agradecida”…
¿Qué has aprendido de esta experiencia?
Que no importa qué tan grande o pequeño sea el trabajo que hagas. Siempre habrá alguien que lo va a agradecer. Porque quizás en tu posición puedes hacer más. Y aunque haya sido cansado, siempre es gratificante.
Aprendí a ser agradecida y saber que no hay grandes ni pequeños esfuerzos. Siempre valen la pena y son de ayuda para alguien.
¿Qué significa ser voluntaria, cómo cambió tu vida?
Me ha hecho poner los pies sobre la tierra y ser muy agradecida con todo.
Haciendo la diferencia en El Salvador
Un mensaje a los jóvenes…
Debemos aprender que aunque no podamos hacer mucho, si cambiamos algo en nuestro metro cuadrado, desde ahí podemos hacer la diferencia. Un paso puede cambiar la vida de alguien.
Y no es necesario tener muchas cosas para poder solventar a alguien un instante o llevar cierta ayuda. Siempre hay algo que poder hacer desde el lugar donde estás.