Carlos Bonilla es un salvadoreño que se dedica a la cultura, en específico a la danza. Se desenvuelve en la rama de la docencia. Pero lo principal es la coreografía.
“Me dedico a ello, a crear coreografías, llevarlas a escena, como puede ser en festivales o competencias. Soy el director del Festival +Danza El Salvador”, comentó a Guanacos.com.
Su pasión por el baile le abrieron las puertas de Europa. Ahí, se ha establecido en Barcelona como un referente de la cultura guanaca.
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El azar y el camino a la danza
¿Cómo llegaste a la danza, desde dónde comenzó ese amor?
El amor me llegó bien tarde. Yo estaba en la universidad. En la UCA podías hacer horas sociales doblando libros en la biblioteca o en el grupo de danza. Y yo tenía problemas de comunicación. Así que un doctor me recomendó hacer una actividad en la que socializara.
Y yo dije, ‘la danza no es hablar, pero algo de contacto tiene que haber’. Empecé ahí. Después entré a escuelas de danza. Luego se hizo la Compañía Nacional de Danza. Y resulta que les faltaba un bailarín.
Justo había un espectáculo en la UCA por el Día Internacional de la Danza. Me vieron y me invitaron a hacer pruebas. Entré y fueron dos años muy exitosos en la Compañía Nacional.
¿Qué lugares has visitado gracias a la danza?
Tuvimos giras en Sudamérica, Centroamérica, Estados Unidos. Llegamos hasta España, que fue cuando conocí el país. Entonces al siguiente año me mudé y pedí una beca.
¡Hora de aventura!
¿Cómo fue que decidiste salir del país?
La danza me abrió la idea totalmente de lo que yo pensaba que era el mundo. Con la Compañía Nacional vimos 14 países en dos años. Me dije ‘este es tu momento, tirate a la aventura’.
Pasaron miles de cosas que eran como señales. Problemas en la Compañía, el director se iba a ir, no nos pagaron. Luego nos dieron todos los salarios juntos. Fue como ‘tengo dinero para probar’.
Y se me metió en la cabeza conseguir una beca. Sepa Dios por qué. Con esa idea me fui y la encontré.
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Reconocimiento al arte salvadoreño
¿Qué reconocimientos has alcanzado en tu etapa en Europa?
He logrado trabajar con diferentes directores. Luego entré a competencias de coreografía. De repente empecé a decir ‘bailo, pero quiero coreografiar’. Y comencé a ganar premios.
Competí por el hecho de llevar mi pieza a un público. Lo llevé a un festival llamado Estrenat y ganó. Luego dije ‘quizá sí es lo mío’.
En El Salvador me nominaron como mejor intérprete para el 2009. En un festival que se llama Jazz International Festival gané tres años consecutivos. Este año en febrero gané el tercer lugar en Berlín.
Del consulado de El Salvador recibí una mención honorífica y de la Comunidad de Cataluña también, por ser alguien que se dedica al arte.

La vista al futuro
¿Qué proyectos tienes a futuro?
Para el siguiente año esperamos hacer un Festival +Danza El Salvador. Esperamos ver cómo se maneja el país.
También quisiera llevar algo de mi autoría. Crearlo con bailarines centroamericanos y presentarlo en el Teatro Nacional. Ese es un plan que todavía está siendo pensado para ver cómo se puede hacer.
Y pues en Europa quisiera abrir una escuela en Alemania en un par de años. Por el momento aún estoy viendo cómo funciona la cultura y aprendiendo el idioma. Pero esos son mis proyectos a mediano y largo plazo.
Quisiera que muchos salvadoreños vinieran a formarse. Hemos trabajado varios planes de beca con el Festival +Danza y tenemos un plan de becas que quizá lo vamos a ofertar en enero para que puedan venir a Barcelona en julio.
Cuando la realidad supera los sueños
¿Cómo describes tu vida actualmente?
Mi vida… si me dijeran que es parecida a lo que soñé, les diría que no. Mi vida supera por mucho los sueños de lo que yo quería ser o de lo que soñaba ser. Entonces puedo decir que mi vida es un regalo.
Es más de lo que soñé y estoy realmente agradecido con mis maestros porque me inculcaron el amor al arte. Y es un sueño en el cual trabajo. La danza es un trabajo. O lo hago bien o no tengo trabajo.

Danza, segunda vida
¿Qué significa la danza en tu vida?
La danza para mí es mi segunda vida. Yo tenía una forma de ser, de pensar, de cómo creía que era. Cuando descubrí la danza me dio una nueva vida y me hace feliz.
Para mí la danza fue una segunda vida y un descubrimiento de lo que puedo llegar a ser. Fue encontrar una forma de vida que me ha hecho feliz.
Y quisiera que por una vez en su vida la gente pudiera vivir esa experiencia de también arriesgarse, tirarse al vacío y probar. Porque para mí fue mejor probar que quedarme con el qué pasaría si lo hubiera hecho.