Carlos Ferreiro, de 27 años, es un salvadoreño comprometido con mejorar el país. Desde pequeño, en su familia aprendió la importancia de ayudar a los demás. Sus padres fueron el ejemplo.
“Mis padres siempre realizaron servicio a la comunidad. Siempre que podían participar en diferentes eventos de causa social, ayudaban. Crecí en ese ambiente”, comentó a Guanacos.com vía Meet.
Con la buena vibra guanaca que lo caracteriza, recalcó que una de sus pasiones es poder ayudar. Y a través de ello busca dejar una mejor sociedad de cómo la encontró.
Ese espíritu guanaco de voluntariado lo llevó a involucrarse con la Fundación Ayúdame a Vivir y Olimpiadas Especiales. Con quienes participa activamente desde hace unos cinco años.

Un guanaco apasionado por las causas sociales
Carlos comenta que, a través de Ayúdame a Vivir y Olimpiadas Especiales busca dar su aporte a la sociedad.
“El poder ser el portavoz de ellos y hacerlos más visibles. Eso es lo que más me apasiona. Las causas sociales sobre todo. El poder darles un impulso”, señala.
“Ese es un sector que ha quedado como marginado, o lo marginamos en un momento”, por lo que mi deber es poderlo hacer más visible, añadió.

El running y el camino a Olimpiadas Especiales
Carlos es un asiduo participante de competencias de running. Y fue precisamente su afición por correr lo que le reconfirmó su vocación. La pista le mostró el camino.
“Cuando comencé en el mundo del running, llegaba al estadio ‘Mágico’ González. Ahí llegó a mi vida Olimpiadas Especiales. Los chicos comenzaban a correr conmigo”, contó.
“De meque, me uní a ellos e hice todo el entrenamiento. Es ahí cuando el coordinador de deportes de Olimpiadas Especiales me llama a que forme parte de ellos con el voluntariado”, comentó.
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Un salvadoreño con verdadera vocación de servicio
Carlos se unió a la Fundación Ayúdame a Vivir hace unos dos años. Su afición por correr, nuevamente, le mostró el camino.
“En 2018 realicé la Ciclo Vida, una carrera para recaudar fondos para los niños con cáncer. Ahí surgió el interés de ayudar a la institución”, señala.
“En El Salvador no se conoce mucho del trabajo de la fundación. El maravilloso trabajo que hacen con más de 4 mil niños que tienen leucemia o metástasis. Eso me motivó a decir ‘vamos a salvar más niños’”, añade.
“Tal vez no es el hecho que yo tenga la solución. Pero puedo contribuir a la causa, a la recaudación de fondos para una quimioterapia, radiaciones, alimentación”, dijo.
Voluntariado: ver la vida desde otra perspectiva
Carlos explica que de la Fundación Ayúdame a Vivir y Olimpiadas Especiales aprendió a no rendirse y a que no hay limitantes.
“Olimpiadas Especiales me enseñó a creer, a confiar en el talento y nunca darte por vencido. Aunque el mundo diga que tienes mil limitaciones, explicó.
“Fundación Ayúdame a Vivir ha sido ver la vida desde otra perspectiva. No solo enfrascarse en lo malo que te está pasando. Me enseñó a no darme por vencido, a sonreírle a la vida”, señaló.
Carlos, el defensor de las personas con discapacidad
“Sí. Estoy a favor de la inclusión de las personas con discapacidad física e intelectual. Tenemos que alzar la voz. Tener una discapacidad no tiene que ser un impedimento para nadie”, dijo.
“Al contrario, se deben dar herramientas para que sean independientes. Me declaro defensor de las personas con discapacidad”, recalcó.
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El llamado a realizar voluntariado en El Salvador
Carlos aprovechó el espacio para invitar a los salvadoreños a realizar voluntariado. Sobre todo cuando estamos a las puertas del Día Internacional de los Voluntarios.
“Atrévanse. Tenemos que dejar una sociedad mejor. No se imaginan lo maravilloso que podemos lograr, transformar la vida de miles de personas, a través de un voluntariado”, dijo.
“El que no sirve para servir, no sirve para vivir. Esa frase de San Agustín me marcó tanto, debemos servir al prójimo”, sentenció.