El joven pianista y compositor Andrés Ángel conversó con Guanacos.com sobre sus inicios musicales y su pasión por el piano. Un amor que viene casi desde la cuna, dijo.
El músico salvadoreño se ha presentado en escenarios de Italia, Guatemala, Honduras, Estados Unidos y, claro, en El Salvador.
Andrés Ángel se define como un pianista pop y showman. “Porque lo que yo hago es show, un espectáculo”, recalca.
“Quiero cambiar la percepción aburrida de la música instrumental, demostrar que puede ser disfrutada por jóvenes”, añade.
En su ruta por borrar “ese blanco y negro de la música de piano”, Andrés tiene por objetivo ser un ejemplo para los jóvenes de El Salvador.
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El amor por el piano
¿Cómo iniciaste en el mundo de la música, qué te inspiró a tan temprana edad?
Mis padres tuvieron mucho que ver. Desde pequeño me ponían música clásica para dormir. Desde ahí me familiarice con la música instrumental. Dicen que de bebé no me dormía si no me ponían los vals de Strauss.
Además, mi papá los fines de semana ponía los discos de Richard Clayderman y Raúl di Blasio. Eso me desarrolló un gusto particular por la música de piano. Fue como comencé a sentir amor por el piano.
A los 4 años me regalaron un pianito de juguete. Sacaba las tonadas de caricaturas. Comencé las clases alrededor de los 12 años en academias particulares. Inició como un hobbie, pero yo iba con ese amor al piano.
Decisión de vida: la medicina o la pasión por la música
¿Empezaste estudios de Medicina, cómo fue el momento de tomar la decisión de irte por la música?
Fue complicado. Yo entré a la medicina siguiendo el ejemplo de mi papá. Él era ginecólogo. Operaba con él, me llevaba a las cirugías. Ya iba a tercer año en la Matías. Pero no dejé el piano.
Practicaba de cuatro a cinco horas diarias estando en la facultad de medicina. Y me acuerdo que cuando me desvelaba para un examen, se iban a los penaltis terminar una sonata de Beethoven o Mozart o estudiar.
Gracias a Dios siempre llevé buenas notas. Pero estaba en ese dilema. Y cada día me apasionaba más la música. Tuve que decidir: o la medicina o sigo mi pasión.
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En busca del sueño fuera de El Salvador
¿Dónde has realizado estudios y qué ha sido lo más complicado del proceso?
Me salí de la escuela de medicina y viajé a Guatemala. Entré al Conservatorio Nacional de Música y salgo como pianista clásico. Aunque lo que yo hago no es música clásica.
Estando en el conservatorio siempre tuve una percepción diferente de lo que quería ser. Salí como pianista clásico. Pero yo chocaba con ese mundo cuadrado. Siempre quise ser diferente. Quería algo más show.
Entonces dije que tendría que encontrar una manera de llevar la música instrumental de piano a la juventud.
El proyecto de música popular
¿Obtuviste una beca de la Fundación Latin Grammy?
En el conservatorio comencé a idear un proyecto de música popular en piano. Lo presenté en el MARTE a mediados del 2015. Y un maestro que tuve en el conservatorio me dijo que debía hacer un disco de esto.
Y lo hice. Entonces un reconocido productor que estaba de visita en Guatemala me contó del concurso de Latin Grammy. Metí lo que tenía grabado y quedé en tercer lugar a nivel latinoamericano.
Me gané una beca para viajar a España y grabar mi propuesta musical a nivel profesional. Tuve la oportunidad de grabar en el mismo estudio que Enrique Iglesias, Miguel Bosé, Marta Sanchez e Il Divo.
Dado que la beca era parcial, grandes empresarios salvadoreños no dudaron en apoyarme. Entonces pude estar en el Conservatorio de Música de Madrid, donde me perfeccione y agarró forma el proyecto.
Grabé mi álbum y desde ese entonces me dedico a viajar presentando mi espectáculo.
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“Inefable”, la culminación de un proceso
¿Qué significó lograr sacar a la luz el disco “Inefable”?
Una satisfacción y realización personal porque publicar el primer álbum para un artista es un logro, una primicia importante en la carrera. Es dejar una huella de tu conciencia musical.
Algunas de tus piezas rinden homenaje a la música tradicional salvadoreña…
Desde que comencé el proyecto nunca dejé mi gran amor por El Salvador. Me siento muy orgulloso de ser salvadoreño. Y siempre quise llevar un pedacito de mi país en mi música.
Por eso decidí hacer una versión moderna de “El Carbonero”. Siempre la incluyo, sin importar donde me presente. O si es un público estadounidense o europeo. La gente se vuelve loca y me preguntan de dónde es esa composición.
Luego hice un popurrí de tres piezas folclóricas. Siempre tuve la idea de llevar música de El Salvador y demostrar que es grande.
Pandemia: la oportunidad de perfeccionar
¿Qué se viene a futuro en tu carrera como pianista?
Estoy cocinando mi siguiente álbum. Ya comencé a prepararlo. La pandemia me ha servido para encerrarme en mi trabajo, en mi estudio, perfeccionando mi técnica. Así que muy pronto se viene una gira y el próximo álbum.