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“El arte cambia la vida de las personas”, Mauricio Mejía

“El encuentro con el arte le cambia a uno la visión de la vida” detalla el destacado artista salvadoreño. Miembro fundador de Voluntarios por el Arte, Volarte, que junto a Banco Davivienda promueven el legado cultural de los artistas plásticos en El Salvador.

“Mi vida a los 15 y 16 años iba rumbo a ser un pintor automotriz. Cuando me encontré con el arte, dio un giro de 90 grados. Caminé por caminos que nunca imaginé y pese a las limitantes de mi entorno, llegué lejos. Encontré un espacio para trascender”, detalla.

Mauricio Mejía nació en 1956 en San SalvadorEl Salvador. Su infancia estuvo llena de vicisitudes. Sus madres fueron dos mujeres inquebrantables que le permitieron a pesar de las falencias tener una infancia feliz. “Mi obra viene de los momentos de la infancia. De lo que quedó resguardado en mi alma, de mis cuatro a doce años”, afirma.

Los Hechos que Sustentan su Hipótesis

Tuvo la dicha, y lo dice con orgullo en el corazón, de ser de los últimos tres alumnos de la Academia de Dibujo y Pintura en la “Escuela Libre” del gran Maestro Valero Lecha.

Junto a Alehp y Ana Cristina Campos fueron su última generación de artistas. ”Aleph se retiró en el año 1974 y Ana y yo, nos quedamos hasta que fallece don Valero, el 20 de agosto de 1976”.

En esa academia aprendió el valor del arte para trascender como sociedad. Ahí conoció la historia de un niño, que se venía descalzo desde Apopa a recibir su clase en la Academia.

“Al llegar a la academia se ponía sus zapatos y cuando se iba, se los quitaba y regresaba a casa descalzo, caminando desde San Salvador. Años después triunfa en Europa. A un niño sin zapatos, el arte le cambió la vida”.

Ese niño del que nos cuenta el destacado artista salvadoreño es uno de los tres máximos exponentes de la pintura en El Salvador. Noé Canjura, quién junto a Julia Díaz, la segunda gran exponente, y a Don Raúl de Los Reyes, formaron la primera generación de la Academia del Maestro Valero Lecha.

Mauricio Mejía, está convencido que el arte es un privilegio del que deberían de gozar todos los niños del país. “Tener un contacto con el arte desde pequeños, les permite trascender”. Por ello, la parte de este proyecto entre Volarte y Davivienda que más conecta con sus anhelos es poder acercar el arte a todos los salvadoreños.

Davivienda y Volarte acercan el arte a los salvadoreños

“Lo más trascendental para mí de este proyecto es que la gente de los alrededores de las Fuentes Beethoven, que llega a este espacio de esparcimiento abierto, puedan conocer de arte. Es un impacto a la cultura y a la sociedad acercar el arte a personas que jamás han tenido un contacto con una obra de este tipo. Que logren preciarlo y que tengan este importantísimo encuentro con el arte.

Otro legado importante son los catálogos que Banco Davivienda imprime y donde queda documentado para la posteridad el trabajo de estos artistas. Quedan registradas las piezas de arte, la trayectoria del artista como un legado cultural.

El Camino por el Arte de Mauricio Mejía

Tras sus estudios en 1973 con el Maestro Valero Lecha, en 1982 egresó de la Escuela de Artes Aplicadas “Carlos Alberto Imery”, con especialidad en Diseño Gráfico, de la Universidad “José Matías Delgado”.

Luego ganó una beca del Ministerio de Relaciones Exteriores para la Real Academia de San Fernando en Madrid España.

El director de esta academia, José Sancho Calero, le exonera de la asistencia a la Academia por la relevancia de sus estudios con el destacado Maestro Lecha y le da un pase para visitar de forma gratuita todos los museos de Madrid.

Así enriquece su experiencia con el arte de la mano de obras de grandes artistas como Goya y Velásquez, por ejemplo.

A su regreso, comprendiendo la necesidad de aportar con un legado a El Salvador, junto un grupo de pintores nacionales fundan Wixnamickcin (1989) para promover la pintura nacional en el país y en el exterior.

Su Determinación por los Legados para el Arte

Desde el principio tuvo la determinación como artista de dejar un legado. Así decide formar Wixnamickzin junto a otros artistas de gran trayectoria como Augusto Crespín, Mauricio Mejía, Aleph Sánchez, Otoniel Mejía y Héctor Hernández.

La apuesta era en ese contexto de guerra era salir del país y buscar espacios de prestigio para mostrar el arte de El Salvador.

Así expusieron en Centroamérica, Colombia en Museo Casa Gómez Campusano, Argentina, Ecuador. en México DF, Casa de la Cultura de Tlalpan, Monterrey y otros. República Dominicana, Estados Unidos. Tuvieron una exposición en España y en Taiwán.

El Amor al Arte de Mauricio Mejía y Volarte

Su trabajo como gestor cultural en el Centro Español fue un preámbulo para Volarte El Salvador. Junto a artistas destacados como Mariana Peraza, Geovani Gil, Salvador Llort se unen y nace Volarte como un colectivo por el arte.

La apuesta era aportar a los vacíos en la formación de los jóvenes artistas. Su misión fue sentar las bases de la formación académica en las artes plásticas. Dominar el dibujo como técnica era fundamental para ir formando artistas de un mejor nivel profesional.

El colectivo Voluntarios por el Arte, Volarte, está actualmente conformado por:  Mariana Peraza, Mauricio Mejía, María Elena Palomo, Carlos Ruiz, Giovanni Gil y Salvador Llort; y sus exposiciones son patrocinadas por Banco Davivienda.

Una Conjunción de Experiencias

El colectivo Volarte permite integrar la experiencia de grandes maestros, artistas ya consolidados con artistas en desarrollo y estudiantes. De esta forma quienes inician en este arte pueden tener diferentes perspectivas y experiencias.

Con este proyecto se fomenta un arraigo genuino y verdadero de los artistas. Que cada uno tenga su propia huella y se diferencie proyectando al mundo nuestra cultura, nuestro arte.

Volarte: Un Aporte a la Profesionalización del Arte

“Fomentamos que los artistas inicien con el dibujo y luego avancen a la acuarela y hacia otras técnicas como el grabado. Como lo trabajado en el CENAR con el maestro Geovani Gill y Carlos Cañas, que dejan ese legado a El Salvador”.

Volarte está integrado por artistas comprometidos con el legado del arte salvadoreño. Uno de los grandes aportes al arte ha sido generar ese diálogo generacional. Esa unión entre artistas emergentes, estudiantes, artistas establecidos y maestros les permite un enriquecimiento de la visión y del proceso de tránsito del arte.

“Tener en el grupo artistas como Julito Hernández Alemán, Negra Álvarez, Augusto Crespín, o Julia Álvarez, por ejemplo, les da un valor agregado a los jóvenes artistas y emergentes. Es gratificante ver sus piezas junto a las de grandes de la pintura salvadoreña. Así, van diferenciándose, creando sus rasgos, su dibujo y caligrafía en este proceso de formación y diálogo generacional, importantísimo”, detalla el artista.

“El artista ensambla colores e impregna su identidad, diferenciándose de otros. Volarte les enseña a tener su huella única, su sello particular. Saber diferenciar quién es un Roberto Hueso, Salvador Llort, Palomo o un Mauricio Mejía”, agrega.

Puertas Para el Arte

Esto les ha abierto puertas en espacios de arte que se han ido generando, galerías y también museos locales. Otro aporte significativo ha sido la descentralización de los artistas, dado que se involucran no solo de la zona central sino también del interior del país, como Santa Ana, por ejemplo. Los jóvenes de la Universidad de El Salvador, UES, que están teniendo alta calidad.

“Volarte, nos ha permitido descubrir y conocer lo que está haciendo esta Escuela de Arte de la UES y el desarrollo de otras escuelas que hacen una buena labor como el CENAR, rescatar lo bueno de sus aportes y mostrarlo, presentar y respaldar a estos nuevos artistas” cuenta Mejía.

Los Requisitos para los Artistas

Para participar se establecen criterios de técnica, dibujo, formato y calidad del trabajo. Se requiere que los conceptos no sean ofensivos a la moral o la cultura. “Ya vivimos en un entorno complicado de incertidumbre queremos que el arte nos permita vivir una cultura y sociedad de paz”. De 400 trabajos se realiza una curación y se selecciona la más alta calidad.

Queremos que los artistas se profesionalicen y muestren no como bohemios sino de una forma distinguida. Así como sucede en los países del primer mundo. “Acá hay bastantes artistas que destacan en Estados Unidos, México, Europa. Un legado que nosotros queremos proyectar”.

El Fruto de Volarte y Banco Davivienda

Se ha podido ver el desarrollo de artistas como Erick Aragón, La Marce, Manaces Ayala, y otros que sin esta ventana no hubiéramos podido ir conociendo su trayectoria. Gracias a Banco Davivienda y sus gestores como Eduardo Chacón y Claudia Velado, año con año, existe esta oportunidad para los artistas. Sin este respaldo institucional no podrían realizarse este tipo de proyectos.

Mauricio Mejía se siente agradecido con Dios y con los artistas que tuvo el privilegio de conocer y llamar amigos, como el maestro Valero Lecha, que a sus 83 años pudo influir en su camino por el arte. También está agradecido con instituciones como Banco Davivienda por permitirles aportar junto a Volarte al legado cultural de El Salvador.

Mauricio Mejía, el Artista Protagonista del Realismo Mágico

La técnica principal en el arte de Mauricio Mejía es el realismo mágico. Nos presenta la vida cotidiana de los pueblos y personas con una visión mágica.

La realidad cambia de enfoque, tal como lo abordaron grandes artistas de las letras como Salarrué y Gabriel García Marquez con esa visión de la realidad latinoamericana.

“Se trabaja alrededor de la magia y la imagen sin descuidar la parte social” detalla. Eso se aprecia en todas sus obras, incluyendo las presentadas para la exposición “Inspiraciones del Alma 2021” de Volarte y Davivienda. “La Princesa del Mar”, “Los Equilibristas de la Vida” y “La Alegría de la Vida”.

Pieza de Arte “La Princesa del Mar”

Al fondo la apacible belleza de las playas salvadoreñas son el marco para una niña ladina que nos mira de frente vestida de nuestra naturaleza, el radiante sol de nuestro clima y la barca rodeada de gaviotas. “Las barcas son símbolos de diáspora. Dejamos nuestra hermosa tierra para buscar nuestros sueños fuera de nuestras fronteras. Se dejan Oasis, paraísos y nos encontramos con difíciles realidades. El salvadoreño arriesga su vida y se va, allá se da cuenta de lo que ha dejado, de lo perdido”.

“Los Equilibristas de la Vida”

En su técnica de dibujo en grafito y tinta nos pone en el escenario una estampa de la naturaleza salvadoreña. Dos hermosas montañas rodeadas de vegetación, con un cielo azul que penetra las nubes.

Sobre un camino rural salvadoreño, que parece río, levita un hombre de sombrero. Con vasijas y ollas de barro hace equilibrio en su bicicleta y allá arriba una barca en las alturas, a lo mejor haciendo símil, de esos sueños de una vida mejor en su mente.

“Los equilibristas de la vida, salen todos los días en su bicicleta a tempranas horas de la mañana a ganarse el pan y no saben si regresarán”, explica Mejía.

El Simbolismo en la “Alegría de la Vida”

El escenario de esta pieza es la fiesta alrededor de los mercados salvadoreños. Fiesta del color de los toldos, las sombrillas, las frutas, las verduras. “Retomo una escenografía de la realidad.

Los frutos son los sueños, los frutos de la vida. Me adentro en la tragedia y la fiesta de los mercados.

Viví cuatro años estudiando los mercados y al estar dentro de ese colorido, se experimenta la vivencia de las mujeres solas, con sus hijos ahí todo el día bajo el sol.

Las condiciones de abuso y maltrato que muchas experimentan. Hay un entramado de historias de quienes llegan a los mercados a asolearse y caminar por charcos y lodazales en medio de ese color y algarabía”.

En su arte el simbolismo está siempre presente. “Estas son escenografías de la vida, no es una fiesta en realidad estar en un lugar así todo el día. Las sombrillas son símil de resguardo y protección ese diálogo con Dios, la religión y el cristianismo, como hilo conductor en la vida de la gente”.

Exposiciones de Mauricio Mejía

El artista ha participado en más de 100 exposiciones colectivas e individuales, nacional e internacionalmente, en Centroamérica, Panamá, Colombia, República Dominicana, México, EE.UU., España, Alemania y Taiwán.

Su obra está expuesta en el Museo de Arte de El Salvador (MARTE), dentro de la muestra “Revisiones”. También es parte del Museo-Teatro Las Ruinas, en la ciudad de Suchitoto.

En el exterior destaca su obra en:

  • La Colección Permanente del Museo Bolivariano, en la Quinta de San Pedro Alejandrino (Santa Marta, Colombia).
  • Ha expuesto en el Museo de Arte de la OEA (Washington, Estados Unidos); en la Galería Interamericana (Madrid, España).
  • En Estados Unidos en The Mission Cultural Center (San Francisco, California); en el Museo de Arte de América (Washington) y en el Festival Latinoamericano de Arte del Mint Museum (Charlotte, Carolina del Norte).
  • En Taiwan su obra ha sido expuesta en el Museo Kuan San Sogo (Taipéi, Taiwán); en el Museo Sun Yat Sen, Memorial Hall (Taipéi, Taiwán); en el Museo Montana (Taipéi, Taiwán).
  • También destaca su obra en muralismo con “Encuentro de Muralismo Latinoamericano, Universidad de El Salvador, 2016 y 2017.
  • Mural tríptico triángulo de la Colonia Layco, COAMSS-OPAMSS. Gigantografías Proyecto VOLARTE-DAVIENDA, 2016, 2017, 2018, 2019, 2020, 2021.
  • Exposición Imago Mundi, Luciano Benetton Italia, 2018. Proyecto Arte en el Parque Cuscatlán, Mupis, VOLARTE-GLASSWING, 2019.

Otro dato relevante en su trayectoria es que ha sido vicepresidente de la Asociación de Artistas Plásticos de El Salvador – ADAPES- en los años 1998-2000 y 2005-2006.

Reconocimientos en la Trayectoria del Artista

Ha sido acreedor de una mención honorífica en la Exposición Iberoamericana del Centro Asturiano de Madrid ( España 1987), por la pieza “Los trastornos de la Post-Guerra”, “pasaba en el parque Libertad dibujando y platicando sobre el anhelo de encontrar la paz en esos tiempos de guerra”.

Ha recibido muchos reconocimientos en su trayectoria, en el II Certamen Nacional de Pintura Salvadoreña “Benjamín Cañas” en 1990. En 2008 la Asamblea Legislativa de El Salvador le nombra Pintor Meritísimo por su trayectoria artística.

Recibió reconocimiento de universidades como Universidad Alberto Masferrer por su trayectoria, 2013 y reconocimiento por parte de la Universidad de El Salvador, 2018.

El reconocimiento que más le ha sorprendido y que atesora por su significado es el brindado por el Ateneo de El Salvador  en 2018. La institución cultural, literaria y artística, fundada en 1912. Considerada el mayor referente de la cultura de El Salvador. “Es una entidad fundada por grandes intelectuales como Alberto Masferrer. Realmente me asustó ser reconocido por ellos” cuenta Mauricio Mejía.

“Dios ha sido grande conmigo, siempre estudié con el apoyo de otros. He sido becado, tuve grandes maestros y amigos como Valero Lecha, lo menos que puedo hacer es transmitir todo este conocimiento y aportar a las nuevas generaciones de artistas salvadoreños” finaliza.

Conozca más sobre el proyecto de Volarte y Davivienda: Davivienda y Volarte Exponen a Pintores Salvadoreños.

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Editor Guanacos

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