Yonathan Hernández, un surfista de 19 años de edad, demostró a su comunidad la bondad y solidaridad ante la crisis que, como él, muchos salvadoreños están mostrando a diario.
Yonathan rechazó un patrocinio que se había ganado a fuerza de talento y trabajo y lo cambió por ayuda para sus vecinos. Ante la crisis de sus vecinos, su pasión por el surf ha quedado en segundo plano.
La realidad a su alrededor es dura. Su familia y sus vecinos de la comunidad en la playa El Cocal, La Libertad, están teniendo problemas para subsistir. La falta de ingresos los tiene con el agua al cuello y con ello está saliendo a flote la solidaridad ante la crisis.
El cierre de las actividades turísticas ha afectado los ingresos de su familia y sus vecinos, desde mediados de marzo.
“Todos aquí vivimos del turismo. Y como todo está cerrado, no podemos hacer nada”, explica Yonathan.
Yonathan y la mayoría de sus vecinos sobreviven con los ingresos que obtienen de las personas que llegan a la playa y alquilan ranchos. El cierre de toda actividad turística en el país ha mermado su ingresos.
La solidaridad salvadoreña
Y es en momentos difíciles como estos que surge el corazón noble y generoso de los salvadoreños que en todo el país están mostrando su solidaridad ante la crisis.
Yonathan iba a recibir una tabla de surf profesional de parte de su patrocinador para competir en los World Surfing Games de mayo. Sin embargo, decidió cambiarla por víveres para su comunidad.
“Me dieron a escoger entre una tabla nueva o una ayuda de víveres. Y pues decidí elegir la ayuda de los víveres para apoyar a las personas que más lo necesitan en mi comunidad. Estos son momentos muy difíciles para cada uno de nosotros, pero hay personas que lo necesitan más que uno”, escribió el joven surfista en su cuenta de Instagram.
Su noble gesto sirvió para beneficiar a 20 familias, quienes recibieron un paquete con insumos de primera necesidad.
Para hacer la entrega los llamó uno a uno para que retiraran la canasta en su casa. El objetivo era no aglomerar personas, respetar las medidas dictadas de distanciamiento social y evitar posibles contagios.
“Yo feliz porque se los di con cariño. Yo si te voy a dar algo, lo voy a dar con amor, no lo voy a dar de malas”, comentó.
Enseñanzas del padre
Yonathan cuenta que para tomar la decisión de cambiar la tabla por víveres acudió a su padre.
Él me dijo: “Tú ves lo que está pasando. La tabla te la puede dar el patrocinador más adelante, o la hacemos entre los dos y más adelante nos ayudamos para que la tengas”.
“En estos momentos es mejor que pidas los víveres para que lo donés a la gente que de verdad lo necesita. Porque algunos, como bien sabes que no vienen turistas, no tienen dinero”, fue el consejo del padre de este joven surfista.
Las enseñanzas recibidas de su padre lo han llevado a ser una persona humilde y generosa.
“Ayudemos con lo que tenemos, hagámoslo de buen corazón, apoyémonos y tengamos paciencia y fe en Dios”, concluye este salvadoreño.
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