De acuerdo con la historia, la creación de la Colonia Flor Blanca se remonta a los años 30, cuando a mediados de esa época se da un crecimiento en el lugar a causa de la construcción del parque Cuscatlán y del estadio Flor Blanca (actualmente Mágico González).
La zona donde se ubica la colonia ganó notoriedad y empezó a poblarse por las familias adineras de la época; familias como los Nuila, Cristiani, Interiano, Guirola, Baldocchi, Castaneda Castro, Pinto, Murray Meza, Saca y los condes de Falconi, quienes habitaron en el lugar.
Los principales artífices de la nueva colonia fueron los arquitectos salvadoreños, Ernesto de Sola y Armando Sol, quienes se formaron en universidades de Estados Unidos y Bélgica.
Ambos profesionales se dedicaron a diseñar residencias y casas bajo la influencia neocolonial (estilo arquitectónico en el que predominan los arcos de medio punto, techos de madera y teja).
Todo lo anterior, convirtió a la colonia Flor Blanca en uno de los legados históricos arquitectónicos más importantes de la capital salvadoreña y a que sea considerada como un referente patrimonial.