El parque de diversiones más mítico en la historia de El Salvador, el Teleférico San Jacinto, se encuentra en el olvido total. Guanacos hizo memoria sobre algo único e irrepetible en el pulgarcito.
¿Dónde queda el Teleférico San Jacinto? Una ubicación privilegiada
Ubicado a 4.07 kilómetros en línea recta aproximadamente del Centro Histórico de San Salvador, el Teleférico San Jacinto aún permanece entre maleza y algunas estructuras viejas y decadentes. Hoy en día, de un proyecto visionario del señor Antonio Bonilla, solo quedan recuerdos del famoso Teleférico donde la gente buscaba entretenimiento y sana diversión.
Un sueño en las alturas
Fue conocido también como “El Reino del Pájaro y la Nube”. Así lo llamo su fundador, quién cultivó una finca de café en el cerro. Según la leyenda popular, a Bonilla se le ocurrió una bella creación de un nuevo lugar para los salvadoreños, y él con su esposa Yolanda, trabajaron en los bocetos del que se convertiría el primer funicular de Centroamérica. Según El Diario de Hoy, Bonilla contrató a técnicos internacionales para lograr construirlo.
Sueño difícil de realizar
Y es que la edificación del Teleférico fue un trabajo muy complicado, ya que no existía una calle que condujera hasta la cima debido a que el terreno era muy irregular. Ello hizo que subir los materiales, piezas y cables fuese en medio de los árboles y piedras. Una tarea engorrosa y con la que había que armarse de paciencia.
¿Qué tenía el Teleférico San Jacinto? Ruedas, personajes y buenos momentos.
El teleférico tenía aproximadamente siete manzanas en la parte inferior y 20 manzanas en la parte superior. En medidas más internacionales: 4.9 hectáreas y 14.1 hectáreas respectivamente. Estuvo compuesto de una variedad de atracciones mecánicas como carros “chocones”, el pulpo, ruedas de caballitos, un tren que transportaba a los visitantes por todo el parque y también restaurantes, algunas tiendas de recuerdos y unos cuantos miradores de altísima calidad visual.
Hoy en día solo quedan recuerdos de lo que aquel lugar fue, y las historias que algunas personas pueden contar de las experiencias que tuvieron en aquel lugar que era tan hermoso para disfrutar en familia.
Abandono total
Apenas se sostiene lo que queda del material férreo en las estaciones. Del resto, el vandalismo se ha encargado de llevarse partes de las atracciones mecánicas, cables, todo para venderlo a chatarreras. Por eso es que si se va al terreno entre la parte baja y la cúspide, pues casi nada se encontrará ya de todo aquello que daba vida al Teleférico.
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Una anécdota del Teleférico San Jaciento en El Salvador
Felipe Aguiñada, un empresario musical, contó en una ocasión a El Diario de Hoy que ni siquiera en tiempos de guerra el Teleférico cerraba, salvo que hubiese toque de queda. La gente siempre iba a visitar “El Reino del Pájaro y la Nube”, era una manera de distraerse de todas las noticias negativas diarias.
Aguiñada también relató que en varias ocasiones la gente celebraba bodas o graduaciones casi en las penumbras, ya que se suscitaban apagones debido a fallas eléctricas producidas más lejos por explosiones, en emboscadas o combates a veces el tendido eléctrico era el que “pagaba” los platos rotos, y eso la gente lo sufría en el cerro, a veces, mientras buscaba celebrar.
El cierre
Contrario a lo que muchos piensan como leyenda popular que fue el terremoto del 2001 el que dañó el funcionamiento del famoso funicular, fue de hecho un embargo bancario que acabó y provocó el cierre de la atracción turística.
Por ahora la alcaldía de Soyapango ha dado luces que podría volver a funcionar, pero tras 19 años, y una millonaria inversión por hacer, todo se queda por ahora sumergido en la nostalgia. La pandemia y otras condicionantes tienen la vuelta del “teleférico” en una utopía.
Le invitamos a que haga el tiempo y prepárese para ver el video más extenso jamás difundido sobre la atracción. Quien pudo ir y experimentar lo que se sentía, seguro se le saldrá más de alguna lágrima.