Al occidente de El Salvador se ubica uno de los recintos más importantes para las artes escénicas en el país: el Teatro Nacional de Santa Ana. Este, por más de un siglo, se ha encargado de promover el trabajo de las compañías escénicas en la zona.
“Este teatro es un Monumento para sentirnos orgullosos todos los salvadoreños. El arte que aquí habita es digno de imitar en la actualidad”, comentó Margarita Navarro, en una entrevista a un medio nacional.
Historia del Teatro Nacional de Santa Ana

La Alcaldía Municipal de Santa Ana explica que, en 1889, se creó la Junta de Fomento de Santa Ana, quienes iniciaron el proyecto de creación del teatro. Un año después de la creación de la junta, se dio inicio al concurso de los planos del teatro.
“Ellos (la Junta de Fomento de Santa Ana) fueron los que le llevaron la propuesta al entonces presidente Tomás Regalado, a quien la idea le pareció formidable y la apoyó inmediatamente con 50,000 pesos de aquel entonces. Ese fue el primer aporte”, explicó Navarro.

“Luego, él permitió que el grano de oro, el café que era lo más abundante y que daba progreso, y lo aprovechó y le puso el impuesto de 12.5% a cada quintal de café y permitió la venta de patentes de licor, con eso se fue recaudando dinero”, finalizó.
Según detalla María José Saavedra, periodista de Diario El Salvador, el ingeniero Domingo Call fue quien ganó el concurso de los planos. Además, la Sociedad Constructora de Occidente, quienes eran encabezados por Francisco Durini y Cristóbal Molinari estarían a cargo de su construcción.
Finalmente, para iniciar su construcción, se contrataron a los artistas italianos Luis Arcangelli, Guglieano Aronne y Antonio Rovescalli, como indica la Asociación de Patrimonio Cultural de Santa Ana (APACULSA).
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Construcción del teatro

Para 1895, se expropió a sus dueños el Portal de los Bernal, según explica el Ministerio de Cultura de El Salvador, que se ubicaba junto al parque Kessels. Fue en esta ubicación donde se construiría el teatro.
Su primera piedra fue colocada el 9 de febrero de 1902. Posteriormente, seis años después, el 30 de marzo de 1908 se emitió el Reglamento del Teatro de Santa Ana, comenzado a ser utilizado el 23 de abril del mismo año, tras su publicación en el Diario Oficial.
La construcción del teatro finalizó en 1910, siendo su inauguración el 27 de febrero de ese mismo año, con la presentación de la Compañía de Ópera Sigaldi, con la Ópera Rigoletto, como detalla el Ministerio de Cultura.
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Eventos posteriores

El Teatro Nacional de Santa Ana vivió su apogeo desde su inauguración hasta 1933, gracias a la producción de café. Fue en este último año donde se entregó al Circuito de Teatros Nacionales, quienes lo utilizaron como cine hasta 1979.
Tras un largo período de actividades, en 1987 inició un proceso de reconstrucción de este teatro, tras un período de abandonamiento. La restauración duró alrededor de 20 años, debido a diversos parones del proceso por la Guerra Civil de El Salvador.
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Características del Teatro Nacional de Santa Ana

El diseño de este teatro forma parte del denominado proscenio. Según el Observatorio de Espacios Escénicos, en este formato, el público está en un grupo compacto y el actor puede dirigirse a todos ellos al mismo tiempo.
Además, la web indica que esta división puede ser enfatizada con una construcción en forma de marco o arco, a través del cual, delimita al escenario y a la audiencia. En este el público ve la representación a través de la iluminación escénica, palcos y la escenografía.
También, en su interior, la bóveda contaba con retratos de Rossini, Gounod, Wagner, Bellini, Verdi y Beethoven, junto a otros lienzos. El telón, además, contaba con un trabajo al estilo Art Noveau (conocido como arte modernista), pintado en Milán, Italia.

Junto a estos detalles, el teatro también cuenta con:
- El vestíbulo, donde se realizan diversas exposiciones.
- El Salón Foyer, que es utilizada para actividades como conciertos de cámara y exposiciones, como explica el período Digital Última Hora.
- La Gran Sala, donde se desarrollan las presentaciones principales, con una capacidad para 700 personas.
- El Escenario.
- Los Palcos.
- La Terraza Española.
Finalmente, como detalla el Ministerio de Cultura, otras de las particularidades del teatro es que fue creado para representaciones de ópera, por ello cuenta con una caja de resonancia que optimiza la acústica del lugar.
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Monumento Nacional de El Salvador

Gracias a su importancia cultural, el Teatro Nacional de Santa Ana también fue declarado como uno de los Monumentos Nacionales de El Salvador, como explica APACULSA.
La declaratoria oficial de su nombre se publicó en el Diario Oficial el 20 de octubre de 1982. Junto al Teatro Nacional de San Salvador y el Teatro Nacional de San Miguel, se ha convertido en uno de los espacios más importantes para las artes escénicas al occidente del país.