Marcos Salguero
A sus 6 años, Carlos tomaba 5 distintas medicinas para aplacar su deficiencia cardíaca. Este salvadoreño, como muchos otros, nació con una irregularidad en el corazón que le auguraba una corta vida.
El matrimonio Zepeda Olivares recibió la noticia cuando su hijo Carlos Eduardo Zepeda Olivares tenía tres meses. Problemas de nacimiento en su corazón. No había en El Salvador remedio para su situación.
“Fue una noticia quebradora, saber que nuestro primer hijo tenía problemas en el corazón y que los médicos nos dieran pocas esperanzas de que él sobreviviera”, recuerda su padre, Victor Zepeda.
Carlos es hoy un salvadoreño de 23 años que ha superado los obstáculos de salud que presentó desde el día que nació. Fue sometido a dos operaciones de corazón abierto, gracias a un médico alemán.
Salvadoreño de Sonsonate
Carlos Eduardo nació en 1997 del matrimonio salvadoreño de Marta Lidia Olivares y de Víctor Hugo Zepeda. A la fecha, viven en Sonsonate.
“Han pasado 23 años y hoy disfrutamos cada momento de la vida al lado de nuestro primero y único hijo” dice Víctor, padre del joven salvadoreño.
Los padres recuerdan que llevaron en 1997 a Carlos a consulta pediátrica al Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), de Sonsonate y allí, los médicos le diagnosticaron “soplo de cardiopatía congénita”.
En ese primer análisis, los médicos lo refirieron al hospital de niños Benjamín Bloom de San Salvador.
Los médicos dijeron a los papás que el niño tenía el corazón más grande de lo normal, parecido al de una persona adulta. Ese detalle era anormal para el bebé y la primera advertencia de los especialistas fue que a Carlos se le debería realizar un trasplante de corazón.
Corazón Abierto
En El Salvador una operación de corazón abierto en un niño conlleva un elevado riesgo. Los especialistas recomendaron realizarla en los Estados Unidos u otro país.
Sin embargo, el problema de sus padres fue la falta de dinero, ya que según los médicos, esa operación tenía un costo estimado de entre $20,000 a $60,000.
Desde ese momento sus padres comenzaron a tocar puertas con instituciones benéficas del país. El primer contacto fue el salvadoreño Amilcar González, quien en ese tiempo era el presidente del Club Rotario de la ciudad de Sonsonate.
González, recomendó a los padres de Carlos, viajar a San Salvador donde los rotarios tenían un programa llamado “Regalo de Vida”.
Durante ese tiempo, Carlos tenía 6 años y los doctores le recetaron tomar cinco medicamentos al día, para controlar el problema del corazón.
Alemán de Gran Corazón
En el 2002, el médico cirujano alemán, Christian Schlensak, casado con una salvadoreña, visitó El Salvador y los padres del niño supieron que él era parte del proyecto “Corazón Alemán” (Kindeherzen).
En aquellos días, el cirujano alemán supo del problema del niño salvadoreño y comenzó hacer gestiones para llevarlo a Alemania para realizar la operación.
El niño y su madre viajaron a Alemania en agosto del 2003, donde le practicaron dos operaciones a corazón abierto en el hospital universitario de Freiburg, Albert-Ludwins.
Después de casi un mes de estadía en Alemania, madre e hijo regresaron a El Salvador y desde la operación a la fecha, Carlos dejó de tomar los cinco medicamentos.
El doctor Schlensak es un salvadoreño de corazón que ha operado a más de 300 niños salvadoreños desde el año 2003.
La vida de los padres y de Carlos Zepeda cambió después de la operación, siguió estudiando en Sonsonate hasta graduarse de bachiller. Con su nueva oportunidad, Carlos se volvió un salvadoreño productivo.
Nueva Vida
Con aspiraciones profesionales, Carlos continuó sus estudios superiores y en el 2018, se graduó como técnico en arquitectura del Instituto Tecnológico Centroamericano (ITCA) en Santa Tecla.
Actualmente este joven salvadoreño trabaja como diseñador hidráulico arquitectónico en una empresa de Antiguo Cuscatlán.
“Gracias a Dios y a la operación me ha permitido vivir mi niñez y actualmente mi juventud, gracias a las personas que siempre apoyaron a mis padres”, dijo Carlos Eduardo.
El joven comparte su testimonio en el grupo Josué de la comunidad católica Salvador del Mundo, en el que se reúne en la sede de la Asociación Ágape de El Salvador, del padre franciscano Flavián Mucci, en Sonzacate.
Carlos sigue siendo el único del matrimonio Zepeda Olivares y continúa viviendo junto a sus padres en Sonsonate.
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