Por Jenny Lozano
Las playas salvadoreñas, particularmente Los Cobanos, resultan placenteras para cientos de ballenas jorobadas que cada año bajan desde Alaska para alejarse del frío y descansar en aguas cálidas. Para deleite del turismo salvadoreño, les encanta saltar fuera del agua.
Suelen permanecer en aguas salvadoreñas entre noviembre y marzo de cada año, regalando a los turistas el privilegio de observar sus imponentes movimientos dentro del mar y sus saltos. En los últimos años, este acontecimiento de la naturaleza ha abierto la oportunidad para el turismo de avistamiento de ballenas en El Salvador. Cada vez es más popular.
El lugar preferido por estos mamíferos es la playa de Los Cóbanos, en el departamento de Sonsonate, en dónde se está llevando a cabo un turismo sostenible bajo la supervisión del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales de El Salvador (MARN), con la participación de muchas pequeñas y medianas agencias de turismo y una creciente red de guias turísticos.
Playas Salvadoreñas como Fuente de Ingresos
“No habíamos aprovechado este potencial hasta que decidimos con los compañeros turoperadores y con un comité de turismo que tenemos en la zona, promover el avistamiento de ballenas”, dijo Bladimir Bonilla, turoperador propietario de Tours Maravillas del Océano.
Frente al auge de la actividad turística, el Ministerio de Medio Ambiente diseñó el proyecto Viva Ballena y elaboró un manual para el avistamiento responsable de estas especies en las playas salvadoreñas. Dicho manual, entre otras medidas, prohibibe perseguir a las ballenas si deciden alejarse.
Antes de comenzar el recorrido, los guías explican a los turistas el protocolo a seguir y dan información general sobre la especie que podrán observar. Los operadores advierten que no pueden interferir en la trayectoria de las ballenas y tampoco deben interponerse entre una madre y su cría.
“Las personas se sienten contentas porque viven la experiencia de ver fauna marina. Definitivamente, ha promovido bastante el turismo en el lugar”, dice Bonilla. Para cuidar esta fuente de ingresos, el manual del MARN busca no dañarlas ni ahuyentarlas. Cuando se sienten amenazadas realizan fuertes coletazos y si deciden alejarse es una señal para que las embarcaciones se retiren del lugar.
De Pescadores a Guías Turísticos
Los pescadores de la zona han encontrado una nueva oportunidad de ingresos y se están formando como guías turísticos trasladando a los turistas que visitan las playas salvadoreñas hasta una zona cercana a las ballenas para que puedan fotografiarlas y admirarlas; pero con normas que garanticen la seguridad tanto de los turistas como de estos mamíferos.
Entre algunas de las medidas necesarias para el avistamiento está el uso de equipos salvavidas, solo pueden acercarse un máximo de dos embarcaciones y no pueden permanecer en el área más de 30 minutos. En este video puede disfrutar del espectáculo que brindan las ballenas.
El avistamiento de ballena ha favorecido los ingresos de pescadores y turoperadores por la demanda creciente de turistas. “Sí ha sido un buen ingreso de dinero, nos ha favorecido bastante en esta temporada. Las ballenas nos visitan desde diciembre hasta marzo”, señaló Bonilla.
Alba Aguilar, turoperadora de Mijiticas Tour, se refiere a las ballenas como “un hemoso regalo que nos brinda el océano pacífico”. Señala que en ocasiones también se observan delfines. “Es un espectáculo único y sorprendente que todo salvadoreño y extranjero tiene que vivir”, dice.
Orcas, delfines y cachalotes
Según datos del MARN, a las playas salvadoreñas llegan alrededor de 21 especies distintas de cetáceos; entre los que se han reportado orcas, ballenas, cachalotes y delfines. Esta oportunidad también es aprovechada por los científicos que estudian y elaboran reportes de las especies observadas y sus características; con el fin de incorporar al país en los catálogos y estudios internacionales de estas especies.
Durante los primeros meses del año, las ballenas jorobadas se dejan ver sin timidez y muchas personas comparten en redes sociales el privilegio de haberlas observado. Decenas de agencias de turismo ofrecen el servicio de viajes de avistamiento de estas impresionantes criaturas del mar.
El avistamiento responsable prohíbe entrar en contacto directo con las ballenas y otros mamíferos marinos; es decir, está prohibido nadar, bucear o hacer otra actividad que implique un acercamiento directo con ellos. La distancia mínima de acercamiento es 100 metros y si tiene cría, esta distancia debe ser de 200 metros como mínimo.
Autoridades del MARN entregaron recientemente reconocimientos a casi 50 turoperadores que se han capacitado sobre buenas prácticas para el turismo responsable y obtuvieron autorización para llevar a cabo viajes de avistamiento; por lo que esta práctica se fortalece cada día.
Así que aquellas personas que decidan visitar las playas salvadoreñas no deben perder la oportunidad de regalarse la maravillosa experiencia de observar a las ballenas jorobadas.
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