Las pascuas navideñas son plantas populares en la época de navidad, pues es una tradición regalar estas flores a los seres queridos. Además, cuentan con una leyenda que es poco conocida en El Salvador.
Durante la época navideña los viveros, supermercados y centros comerciales se preparan con cantidades considerables de estas plantas en macetas, listas para regalar o plantar.
¿Cuál es el origen de las pascuas navideñas?

Según diferentes portales en línea, como Muy Interesante o el periódico El Economista, la pascua tiene su origen en México. Su nombre en náhuatl es “cuetlaxóchitl“, que significa “flor color de fuego”. También es conocida como flor de Nochebuena, pastora o poinsetia.
Estas plantas tienen una interesante historia que se remonta a la época de los aztecas, quienes las utilizaban como plantas medicinales para combatir varias enfermedades, teñir sus ropajes, hacer sus propios cosméticos o su uso en la práctica de ritos por parte de los sacerdotes de ese pueblo.
Tiempo después con la llegada de los españoles a México en el siglo XVI, los monjes franciscanos comenzaron a utilizar las pascuas para adornar los altares y la renombraron como flor de Nochebuena, ya que su época de florecimiento se daba solo durante esos días.
Su llegada a otros países

La historia registra que las pascuas llegaron a la cultura occidental gracias al botánico y estadista estadounidense Joel Poinsett, quien trabajó como embajador de su país en México entre los años 1825 y 1829.
Durante su estadía en ese país, comenzó a estudiar las características de estas plantas y decidió enviar algunas a su hogar para poder cultivarlas a su regreso.
Es así como después de cultivar cierta cantidad de plantas en su país, tuvo la idea de regalar esas pascuas en época de Navidad, luego al darse cuenta del gran éxito y aceptación que tuvieron, decidió empezar a venderlas sin imaginar que se convertirían en una tradición que se propagaría a otros países.
Respecto a la llegada de las pascuas a Europa, se cree que fue el escocés Robert Buist, quien las introdujo, debido a que él poseía una floristería en Filadelfia y se dedicaba a importar flores y plantas de especies raras al viejo continente.

La actualidad de las pascuas navideñas
En la actualidad se sabe que las pascuas cuentan con más de 200 años de existencia y más de 300 variedades de esta flor. Los colores naturales más comunes son el rojo, el blanco, el amarillo, el rosa y las salpicadas.
En Europa, en la zona de Almería, se da el mayor cultivo de las pascuas y desde ahí se exporta a diversos países como Países Bajos, Alemania o Francia. En España es tradición regalarlas, marcan el inicio de la Navidad y también son un símbolo de buenos deseos.
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La leyenda del color de las hojas de las pascuas

Las flores de pascua no siempre han sido rojas. La leyenda refiere que en tiempos ya lejanos, las pascuas eran blancas. Una vez terminada la estación de las lluvias, el verano iba transformando la esmeralda de sus hojas en alburas de espuma, de nube, de vellón, de nieve y de inocencia.
Junto a los ranchos florecía la infinita blancura de las pascuas y los indios la ofrendaban a sus dioses como símbolo supremo de paz. Pero vino la guerra, y con ella el incendio, el pillaje, la matanza, la carnicería.
Densas columnas de humo se elevaron sobre las cúspides de nuestras más altas montañas, huyendo de la “fraternidad de los hombres”.

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Cerca de las viviendas, a lo largo de todos los caminos, todas las veredas zigzagueantes de los cerros, la sangre corrió, a maneras de arroyos y de ríos desbordados.
La tierra absorbió piadosamente aquella sangre generosa y las raíces de las pascuas bebieron aquel torrente de vida sacrificado inútilmente. Y al llegar el primer verano, junto a los últimos restos de los ranchos semidesiertos y a la orilla de todos los senderos, en medio del asombro de los pocos sobrevivientes, las pascuas florecieron rojas, ensangrentadas.
La sangre florecía, las pascuas, más humanas que la humana especie, la ofrecían en cálices de púrpura a los dioses tutelares. Desde entonces, las flores de las pascuas dejaron de ser símbolo supremo de la paz, para convertirse en el símbolo supremo del sacrificio.
La leyenda de las flores de pascua fue tomada de la obra “Lecturas Nacionales de El Salvador” del poeta, escritor y profesor salvadoreño Saúl Flores.