María de Baratta fue una importante compositora, musicóloga y, sobre todo, también es considerada como la primera folklorista salvadoreña. La salvadoreña realizó diferentes investigaciones en pro de la divulgación y conocimiento sobre la cultura indígena en la región, especialmente en El Salvador.
Gracias a sus aportes culturales, María de Baratta formó parte de importantes círculos sociales y culturales en el país y en el extranjero. Entre ellos, Ateneo de El Salvador, la Academia de Historia Salvadoreña y la Unión de Mujeres Americanas.
Biografía de María de Baratta
María Mendoza de Baratta nació el 27 de febrero de 1890 en San Salvador, falleciendo el 4 de junio de 1978 en la capital salvadoreña. Baratta era hija del doctor José Ángel Mendoza y María García de Mendoza, quien fue una reconocida pianista, según indica el Museo de la Palabra y la Imagen (MUPI).
Además, la madre de Baratta fue su primera maestra de música. Sus estudios los realizó en el Colegio de Mercedes Cortez Andrino y en el Colegio Normal. Posteriormente, la salvadoreña se graduó de maestra, aunque no ejerció la profesión, según explica Mercedes Durand en una entrevista con la folklorista.
Baratta también era conocida por el pseudónimo de Yara Maya, este, en honor a su abuela indígena.
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Clases de música
También recibió clases de solfeo con el maestro guatemalteco Agustín Solórzano, como explica la publicación “Datos biografías de María de Baratta”, del Diario Latino.
Junto a ello, la publicación “Latin American Classical Composers: A Biographical Dictionary” indica que la salvadoreña posteriormente ingresó al Conservatorio Nacional de Música, bajo la dirección de Juan Aberley, convirtiéndose también en alumna de piano de María Zimmerman y Antonio Gianoli.
María sentía una profunda pasión por la música, deseando ser bailarina, pero sus padres no se lo permitieron, dejándole únicamente la oportunidad de dedicarse a la música. Baratta expresaba que sentía una predilección por la música indígena, como la presente en los moros y cristianos, danza tradicional de El Salvador.
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María de Baratta y el folklore salvadoreño
Baratta inició sus estudios e investigaciones en folklore salvadoreño a la edad de 28 años, publicando diversas obras que le brindaron renombre internacional gracias a sus aportes a la cultura indígena en la región.
Una de sus obras más reconocidas e importantes es “Cuzcatlán Típico: Ensayo sobre etnofonía de El Salvador: Folklore, Folkwisa y Folkway”. En ella, Baratta expresó que 1931 fue un importante año para el cultivo del folklore en el país.
La folklorista detalló que, en este año, se realizaron los siguientes aportes:
- Miguel Ángel Espino publicó la tradición y la leyenda en “Mitología de Cuzcatlán”.
- Francisco Gavidia, a través de “Cómo cantan allá”, con poemas y obras con temáticas relacionadas.
- Jorge Lardé y Larín, con sus investigaciones arqueológicas.
- Arturo Ambrogi, con descripciones de escenas campiranas tradicionales en el país.
- Juan Ramón Uriarte, en su publicación “Cuzcatlanología”.
- Alfredo Espino con su poesía regionalista.
- Miranda Ruano con su publicación “Voces del Terruño”.
- Salvador Salazar Arrué (Salarrué) con sus escritos y pinturas.
- Finalmente, Alberto Masferrer como un defensor y concientizador de los derechos del pueblo indio en el país.
De esta manera, Baratta, junto a diferentes personajes envueltos en la cultura de El Salvador, brindaron diferentes aportes a folklore nacional.
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Sobre el “folklore”, el “folkvista” y el “folkway”
Para la salvadoreña, hablar acerca de folklore involucraba diversos aspectos que este término no lograba capturar a plenitud. Baratta explica que “folklore” nace de las palabras “folk” cuyo significado es “pueblo” y “lore” que significa “tradición” o “relato.
De esta forma y respaldada por diversas opiniones científicas, la folclorista salvadoreña expresó que la palabra “folklore” no podía ser utilizado para referirse a bailes y/o canciones populares indígenas.
Baratta, entonces, junto al respaldo del Prof. Arthur Posnansky, utilizaron términos como “folkvisa” para referirse al cancionero popular de un grupo étnico, “folkway” para las fiestas, costumbres, ritos y ceremonias de un pueblo indígena.
Es por ello por lo que su análisis “Cuzcatlán Típico” utiliza como subtítulo estos tres términos, por su estudio riguroso de estos tipos de subdivisiones de la ciencia folklórica.
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Obras de María de Baratta
La folklorista salvadoreña es autora de diversas obras, la mayoría, con inspiración de los pueblos indígenas de la región. La Web especializada Investigo Música detalla sobre algunas de ellas:
- “Su nahualismo”: Relata “una leyenda diabólica, pero intensamente vivida por el indio nahua”.
- “La Ofrenda de la Elegida”: Obra en la que se expresa un lado del alma de la india, expresando dolor por su falta de libertad a través de la danza.
- “La Campana Llora”: Una obra donde se presenta el dolor religioso del indio, cantando en sufrimiento a Dios, esperando su resurrección en Él.
- “Los Tecomatillos”: Una presentación de la alegría ingenua del pueblo indio y aquellos que temen perder esa alegría.
- “Cuzcatlán Típico”: uno de los análisis más detallados y profundos sobre la música de pueblos indígenas del territorio salvadoreño, como indica Marta Rosales en “Música. Análisis de Situación de la expresión artística en El Salvador”.