Una excursión escolar al volcán de Izalco a la corta edad de ocho años, hizo soñar a Carlos Santos. Así, este salvadoreño alpinista ha dedicado los más recientes años a alcanzar las cimas más altas de los Andes.
“El alpinista es quien conduce su cuerpo allá donde un día sus ojos lo soñaron”, cita a Gaston Rubeffat para describir su ilusión y también mezcla de misión personal que le ha llevado a cumplir muchos de sus objetivos, aun a su corta edad.
En agosto de 2021, este salvadoreño alpinista conquistó las principales cimas de Bolivia. Además, esta aventura inició con una disciplinada preparación de año y medio, que incluso desarrolló de forma paralela a la pandemia.
El Sueño de un Salvadoreño Alpinista

Carlos Santos es un alpinista que ha aprendido a disfrutar todo el viaje, cada una de sus fases. Desde la ilusión inicial de definir el objetivo, como también la preparación física.
Para su más reciente viaje a Bolivia, el sueño de este salvadoreño partió de una dura preparación a lo largo de año y medio. La pandemia no le detuvo a seguir luchando. Una mezcla de alimentación especial, además de entrenamiento físico fue esencial para conquistar las cimas bolivianas.
Su travesía forma parte de su proyecto Camino Andino, que consiste en alcanzar las montañas más altas de la Cordillera de los Andes (en el caso de Colombia, es la segunda, dado las restricciones gubernamentales para alcanzar la más alta).

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Experiencia Boliviana

El 31 de julio de 2021, Carlos empezó a vivir su sueño de conquistar las alturas bolivianas. Su meta principal era el Nevado Sajama, con 6,542 metros sobre el nivel del mar (m s. n. m.).
El 2 de agosto, Carlos libró dos aventuras. Escaló el Pico Tarija (5,320 m s. n. m.) y también el Pequeño Alpamayo (5,446 m s. n. m.) Además, estas tareas le ayudaron a habituar su cuerpo; en especial, sus pulmones a fin de captar la mayor cantidad de oxígeno.
El 4 de agosto, Carlos sobrepasó la cuota de los 6,000 m s. n. m. Visitó la cima del Huayna Potosí (6,092m s. n. m.). Allí, en el ambiente sugestivo de los Andes, el alpinista salvadoreño también reflexionó la importancia de agradecer la vivencia de cada momento presente, disfrutándolo tal cual se presenta.

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“Allá arriba, en la cima, no se ve ninguna creación del hombre. Todo lo hermoso alrededor es tan perfecto que es difícil no creer en Dios”, comparte Carlos.
El 8 de agosto, Carlos volvió a conquistar una de las más altas cimas de su Camino Andino. Llegó a los 6,542 m s. n. m. del Nevado Sajama, siendo también el punto más alto de Bolivia. “Solo yo sé cuanto acaricié ese momento que queda tatuado en mi alma. Que viva mi querido El Salvador!, escribió feliz en su perfil de Instagram.
Los días posteriores conquistó las cimas del Parinacota – 6,348 m s. n. m. (10 de agosto), Pomerape – 6,282 m s. n. m. (11 de agosto), Acotango – 6,052 m s. n. m. (12 de agosto), y también el Ilimani 6,439 m s. n. m. (14 de agosto).

El Camino Andino del Alpinista Salvadoreño

El primer destino de su Camino Andino fue el Aconcagua (Argentina) en el año 2016. Además, su altura es de 6,962 m s. n . m. Allí empezó a realizar esa ruta de sueños.
El siguiente destino fue la cima del Chimborazo (Ecuador), en el año 2017. Este es un volcán cuya altura es de 6,263 m s. n. m. Aedmás, su cumbre es el punto del planeta más alejado de su centro. Ese mismo año, Carlos escaló el volcán Ojos del Salado (Chile), alcanzando sus 6,893 m s. n. m. Este es el volcán más alto del mundo. Y Carlos es el primer salvadoreño en conquistarlo.
En el año subió el Nevado de Tolima (Colombia), cuya cima se encuentra a 5,320 m s. n. m. Y, además, en 2021, el Nevado Sajama de Bolivia.

El próximo destino del Camino Andino de este salvadoreño alpinista es el Nevado Huascarán (Perú), cuya altura es de 6,768 m s. n. m.
Cada uno de sus logros de este Camino Andino ha dejado a Carlos la satisfacción deportiva pero también muchas enseñanzas personales. Por ejemplo, comenta: “El viaje a Bolivia me ha enseñado que en la vida hay que progresar. Se debe salir de la zona de confort trazándonos proyectos más difíciles a fin de dar lo mejor de nosotros y conquistar situaciones más grandes”, narra Carlos, quien continúa andando en su Camino Andino.