La Leyenda de El Gritón de Medianoche es una historia salvadoreña popular, que se incluyó en el primer volumen de la serie de libros: “Historias Eternas de El Salvador (Timeless Stories of El Salvador)” del escritor salvadoreño Federico Navarrete, publicado en Polonia en el año 2020.
Esta serie de libros fueron la primera colección de folklore salvadoreño en inglés. La misma forma parte del listado de leyendas salvadoreñas y mitos más conocidos que han sobrevivido el paso del tiempo a través del relato oral y escrito.
El origen de la leyenda de El Gritón de Medianoche
El origen de la Leyenda El Gritón de Medianoche es similar al de muchas historias salvadoreñas que surgieron en la cultura de los pueblos indígenas, la población que habitó en El Salvador antes de la llegada de los españoles. Se ha transmitido de generación en generación a través de la tradición oral.
¿Quién es el personaje de la leyenda?

Según cuenta la leyenda, el gritón era hijo de una india que fue echada de su propia tribu. Durante la noche, tuvo un encuentro con el diablo, que terminó en el nacimiento de un niño varón. Además, la tradición oral comenta que la mitad de su cuarto es de humano y la otra mitad es de un demonio.
La característica más reconocida del personaje es su fuerte garganta, con la cual emite un espeluznante grito por las noches. Además, las personas que escuchan sus lamentos, suelen terminar horrorizadas. El personaje se dedica a atemorizar a aquellos que se aventuran por las montañas a altas horas de la noche.
Los que se han encontrado al gritón, afirman que tras escuchar sus gritos, sienten malestares en sus cuerpos, ocasionándoles fiebres altas, entre otros síntomas que los debilitan.
Conoce también La Misteriosa Leyenda de la Carreta Chillona.
La apariencia del gritón

Las personas que han tenido la mala suerte de encontrarse con el gritón de medianoche indican que porta un sombrero de gran tamaño, anda sobre una mula de color negro y orejas enormes y también va fumando tabaco.
Si alguien se encuentra al gritón y decide gritarle de regreso, el personaje se molesta y empieza a gritar todavía más fuerte, destrozando los tímpanos de la persona, dejándolos completamente sordos.
Lee también: La leyenda de La Siguanaba, todo por amor.
Otra de las versiones de la leyenda de El Gritón de Medianoche

Hace años, un indígena fue desterrado por su tribu y lo obligaron a vivir en los bosques y montañas de América Central. Fue allí donde un demonio se apoderó de él, y de esa fusión nació el Gritón de medianoche. Una bestia de gran tamaño que es mitad humano y mitad demonio.
En teoría, nadie puede ver al Gritón porque es un espíritu, pero sus espeluznantes gritos rompen el silencio de las noches en todas las selvas y montañas de El Salvador, y nadie puede ignorarlos o pretender que no existe. Sin embargo, hay un hombre que jura haberlo visto, su nombre es Julio, y su historia es la siguiente.
Lee también la leyenda de El Padre sin Cabeza.
La narración de don Julio

Un viernes de julio de 1963, don Julio regresaba de una fiesta muy salvaje en las calles de Santa Ana. Era un hombre muy fuerte al que le encantaba caminar por las noches. Esta vez, caminaba por un pequeño sendero cuando pasó por la Iglesia de El Calvario y escuchó sus campanas.
Pensó que tenía que ser medianoche. Se asustó un poco porque estaba algo cansado. Casi a una cuadra de la alcaldía, por primera vez en muchos años, notó que el Cadejo blanco no lo cuidaba. Tal vez, él había estado coqueteando con demasiadas chicas y no lo recordaba porque estaba un poco borracho. En la esquina al lado de la alcaldía, había como doce o más perros.
“¡Vaya!”, pensó, “si mi Cadejo estuviera conmigo esta noche, todos estos perros se habrían escapado inmediatamente”. Muchas noches había paseado solo, y cuando se le acercaban los perros, la presencia de su Cadejo los espantaba.
También podría interesarte: El Tabudo del lago Coatepeque, la leyenda que pocos conocen.
Esa noche todo le pareció extraño. Julio estaba demasiado cerca de los perros, pero ellos se quedaban quietos. Sin embargo, sus orejas se erguían hacia adelante mientras miraban de un lado a otro. “¡Ellos están asustados!” Julio pensó. “¡Pobres perros! ¡Saben quién es su amo!”.
De repente, parecía que lo atacarían. Instintivamente, buscó por todas partes para recoger una rama o algunas piedras. Había encontrado dos y no tenía mucha confianza en poder dar en el blanco con ellos. Julio sabía muy bien que los perros son animales muy valientes. Incluso si pudiera golpear a uno o dos con piedras, los demás no dejarían de atacar. Hubiera sido una historia diferente si hubiera tenido una escoba. Entonces por lo menos podría haber golpeado al primero que se acerque, luego al segundo o al tercero, y el resto gritaría de dolor y escaparía.
Julio estaba seguro de que los perros actuaban de manera anormal. Sintió algo en el aire esa noche como una advertencia de un gran peligro. En lugar de seguir ladrando a los perros, huyeron aterrorizados, corriendo de un lado a otro. Algunos comenzaron a aullar como si un demonio los estuviera atacando. El aullido sonaba como si tuvieran miedo de la muerte, la peste o el diablo.
Conoce también: la leyenda completa de El Cipitío.
El gran grito de El Gritón de Medianoche
En ese momento, a Julio se le pusieron los cabellos de punta porque los perros salieron corriendo en todas direcciones. Solo estaba seguro de que algo malo estaba pasando, pero no sabía qué ni de dónde venía el peligro. Julio se detuvo y miró hacia atrás (lo que nunca debes hacer). Y de repente, sintió una fuerte brisa cálida y a la vez vio muchos cerdos también corriendo por la calle, huyendo de algo que aún Julio no podía comprender.
Inmediatamente después de la brisa de aire cálido, sintió una ola de aire fresco que sacudió violentamente las hojas en las ramas de los arbustos cercanos. Y de la nada se escuchó un gran grito. Dicho grito venía exactamente de la calle en la que Julio había estado caminando. Y poco a poco la figura de un hombre se materializó y caminaba en dirección a Julio. La figura se acercaba, haciéndose cada vez más grande y más grande. Y con gran esfuerzo Julio trató de moverse desde el medio de la calle, pero fue inútil, su cuerpo no reaccionaba. Julio estaba paralizado y había perdido el conocimiento de la realidad.

Conoce más de: Tentis, emprendimiento salvadoreño que busca refrescar la imagen de las leyendas y mitos salvadoreños.
Cuando el hombre llegó hasta Julio, él vio que la figura era gigantesca, y no podía creer lo que veía. Tal Vez media dos metros de altura, pero parecía más una sombra, y el hombre caminó a través de él. Julio no supo cuánto tiempo estuvo parado en el mismo sitio. No recordaba ni cómo ni cuándo había vuelto a su casa. Al día siguiente, cuando se despertó, estaba enfermo con una fiebre muy alta. Pasó tres días gravemente enfermo, sin saber dónde estaba ni si iba a vivir o a morir.
Después de un par de días, su abuelo le contó una historia.
“Julio, él es el Gritón de medianoche. Tuviste suerte, hijo mío, si él hubiera sido el Caballero Negro, no estarías contando tu historia. Se habría llevado tu cuerpo y tu alma al infierno”.
También puedes leer la Leyenda del Cadejo: ¿Cuándo se creó? ¿Qué significado tiene?
La fuerza de su grito y su cercanía

Algunas leyendas dicen que es un alma atormentada que deambula por las calles, asustando de muerte a algunos curiosos noctámbulos. Si escuchas su grito fuerte es porque está muy lejos, si lo escuchas bajo es porque está muy cerca.
El Gritón de medianoche es un ser que habita en los pueblos más remotos. Es un bulto grande, gris, sin pelo y sin cabeza. Además, evita que nadie se mueva, ya que paraliza a todos en su camino. Algunos valientes han intentado continuar su camino por donde él apareció. Lo primero que escucharon fue un grito lejano que se repitió, acercándose cada vez más, hasta que el Gritón de medianoche se paró en medio del camino cerrándoles el paso, y luego se desmayaron.
Conoce completas las leyendas de brujería de La Chancha y el Mico Brujo.
¿Cómo protegerse del gritón?

Además, algunos ancianos creen que existe una técnica para protegerse de sus peligrosos poderes, dibujando una cruz con un cuchillo en el aire. Sin embargo, cuando llegues a casa, estarás fatigado y en tan mal estado que no podrás moverte durante un par de días.
Leyenda tomada del primer volumen de la serie de libros “Historias Eternas de El Salvador (Timeless Stories of El Salvador)” del escritor salvadoreño, Federico Navarrete.