Confitería Americana es una de las empresas de mayor tradición en El Salvador. Contando con más de 90 años de experiencia en el mercado, la confitería se ha caracterizado por la producción de sus tradicionales dulces y las reconocidas sorpresitas para niños.
Desde los dulces vaquita, los chiclines, los boligoma y hasta sus surtidos mixtos que han acompañado las piñatas de los salvadoreños, el catálogo de la empresa aumentó con el correr de los años, hasta ser una de las opciones preferidas por los salvadoreños.
Historia de la Confitería Americana

Para la década de los años 30, en El Salvador, no existía una industria de la confitería definida. Fue el fundador de Confitería Americana, Antonio Cabrera, de origen venezolano, quien descubrió este nicho de negocio.
En 1930, Cabrera, junto a su esposa, de origen salvadoreño, Carmen Arévalo, descubrieron este sector de negocio, por lo que se embarcaron en el proyecto de fundar una dulcería salvadoreña, en pleno centro capitalino.
Según la descripción de la historia de la empresa, en su sitio web, la confitería inició originalmente en una casa situada en la 3.ª calle oriente, en el centro de San Salvador. Los inicios de la empresa fueron humildes y con el paso del tiempo, fueron expandiéndose.

El primer año de trabajo de Confitería Americana tuvo únicamente a dos empleados y “muchos libros sobre dulcería”, según expresa José Luis Cabrera, hijo de Antonio y Carmen, quien actualmente es el presidente de la empresa.
Los dulces artesanales y las tradicionales sorpresitas para niños han sido de los productos que se mantienen vigentes dentro del catálogo ofrecido por la confitería.
20 años después, en 1950, la confitería se muda a un local más amplio, ubicado siempre en el centro de San Salvador, donde la empresa inició la modernización de su equipo de producción. Además, según indican en su sitio web, adquirieron su primera máquina industrial.
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El proceso de envoltura y exportación de los dulces

José Luis Cabrera comenta también que, originalmente, el proceso para la envoltura de los dulces era realizado completamente a mano. No fue hasta la década de 1940 en que la empresa compró sus primeras máquinas empacadoras, lo cual facilitó el trabajo de los empleados.
Diez años después, en 1950, la empresa inicia con la exportación de sus productos hacia el extranjero. Este proceso también era muy tradicional, enviándolos en cestas. Entre los productos exportados estaban uno de los dulces más reconocidos de la marca: Los dulces de vaquita.
Las Sorpresitas, un producto nostálgico

Dentro de la gran variedad de productos ofrecidos por la Confitería Americana, uno de ellos es uno de los más nostálgicos: Las sorpresitas. Estas se caracterizan por ser pequeñas bolsas que tienen en su interior diversos juguetes.
Desde yoyos, dientes de dráculas, canicas, hasta pelotas, pitos, además de rompecabezas, carros y también peines y figuritas de animales, las sorpresitas venían caracterizadas por la típica frase: “¡Enseñá qué fue lo que te salió!”.
José Luis Cabrera, actual presidente de la confitería, expresa en una reunión que su padre, Antonio Cabrera, tomó la idea de un producto estadounidense, sin embargo, al traerla al país, le dio una vuelta de tuerca para volverla salvadoreña.

En sus diseños iniciales, estaba contemplado el uso de cartón, sin embargo, esta idea nunca se concretó. “Es una muestra, nunca salió así (en cartón), era la muestra para hacerla en papel, porque el material (cartón) era caro”, comentó Cabrera.
Además, había un aspecto esencial en hacer las bolsitas de cartón, según explica: “se hacían en bolsitas en forma de cajita y eran hechas a mano, porque era más emocionante romper el papel para descubrir qué trae”.
Al día, se completan aproximadamente 17 cajas, que contienen 300 sorpresitas en su interior, cada una. Yeimi Pacheco, empleada de la dulcería, expresa que tiene más de 13 años de trabajar en la empresa, dedicando diez de ellos a la envoltura de las sorpresitas.
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Confitería Americana en la actualidad

La empresa cuenta con 93 años de experiencia en el rubro de los dulces. En 2013 fue galardonada como la Empresa Pyme del año por la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI).
Confitería Americana posee tecnología de punta lo cual les ha permitido diversificar la producción de dulces a nuevos niveles, frente a los procesos anteriores. Gracias a esto, también ha aumentado su presencia en mercados internacionales.
Exportando sus productos a países como Guatemala, Nicaragua, Belice, Panamá, Honduras, Costa Rica, República Dominicana y Haití. Con expectativas a enviar sus productos al sur de México y los Estados Unidos.
Además de su sucursal en el Centro de San Salvador, la empresa cuenta también con una Fábrica Dulcera en Antiguo Cuscatlán y una segunda salva de ventas en el Plan de la Laguna, abierta en 2019.
La empresa también está comprometida con su entorno. Dentro de sus aportes en Responsabilidad Social Empresarial (RSE) está el apoyo a organizaciones como Tin Marin, FESA, el Club Rotario y, finalmente, una iniciativa llamada Dulces Tortugas, promovida por la empresa para la protección de nido de tortugas y su liberación.