Espíritu Libre es una reconocida banda de El Salvador. Destacando en la década de los ochentas y noventas, la agrupación se consagró gracias a sus pegajosos ritmos y letras que rescataban la identidad salvadoreña y la belleza de la misma.
Canciones como “Me gustan las pupusas”, “La fiesta de mi pueblo”, “El telegrafista”, entre otras más, son infaltables en las listas de reproducción musicales en el país. El impacto de la banda salvadoreña es notable incluso hoy en día.
La historia de la banda salvadoreña Espíritu Libre

Espíritu Libre originalmente fue fundada bajo el nombre de “Oro Negro”, según detalla Carmen Molina-Tamacas, hija de Arturo Molina, quien fue parte de la agrupación. Le acompañaron también José Arcadio, Rolando y Luis Felipe, todos ellos los hermanos Aguiñada. Además, Berna Oliva estaba dentro de sus filas.
Los miembros del grupo eran además compañeros de estudios del Instituto Técnico Industrial (ITI). “Como tres años después de que nos graduamos del Técnico Industrial, lo formamos (al grupo)”, indicó José Arcadio Aguiñada en una entrevista.

No fue hasta 1973 donde Oro Negro fue fundada oficialmente. Este año, además, es considerado por los miembros de la banda como su verdadero inicio en el mundo musical. La alineación original consistía en Arturo Molina, José Arcadio Aguiñada, Edgardo Orantes, Rolando Aguiñada, Rafael Aguiñada, Armando Rosales y Luis Felipe Aguiñada.
Molina-Tamacas narra, además, que los ensayos y reuniones de la banda se llevaban a cabo en el Centro de San Salvador, cerca del Parque Centenario, conocido actualmente como la Juan Pablo II.
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El cambio de “Oro Negro” a “Espíritu Libre”

El cambio de nombre de la banda salvadoreña se dio el 15 de octubre de 1975. Uno de los motivos principales era que ya existía en el país un grupo llamado “Petróleo”, lo que podría generar confusiones entre una y otra banda.
Sin embargo, el motivador principal vino de parte de Luis Felipe Aguiñada. Este propuso un proyecto más serio, con un plazo de trabajo definido por cinco años, junto a una propuesta de trabajar con una discográfica. Esto también incluía el cambio de nombre, la escritura y composición de canciones originales, el uso de instrumentos profesionales, entre otros.

El cambio de nombre estuvo inspirado en la novela “Juan Salvador Gaviota”, escrita por Richard Bach. Este libro trata acerca de Juan Salvador, una gaviota que quiere volar a través del mundo, pero no cuenta con el apoyo de su familia, ni de su banda. En la narración de la historia, Juan Salvador aprende a volver libremente, sin ningún tipo de atadura.
Luis Felipe agrega en una entrevista que el cambio de nombre reflejaba “un espíritu positivo que lo haga perseverar y no cesar en la búsqueda del éxito a través de la superación personal, pero con disciplina… y lo más importante, deberá estar libre de ataduras”.
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Sus producciones discográficas y la complejidad de sus shows

Dos años después de volverse la banda Espíritu Libre, los salvadoreños decidieron que era el momento de empezar a grabar producciones discográficas. La banda quería producir su música de manera independiente.
“Me presenté a DICESA (Discos Centroamericanos) como productor independiente para que me rentaran el estudio de grabación, algo que nunca habían hecho”, comentó Luis Felipe. Además, junto a esta grabación, ordenó la prensa de mil discos en vinilo de la producción, para publicitarlos en diferentes medios.
El gerente general de DICESA se interesó en el producto final del grupo, a tal punto de ofrecerles producir el material en cuestión. Sin embargo, la oferta fue rechazada por Luis Felipe, ya que no querían depender de la discográfica.
“Esa oferta no fue aceptada del todo… El asunto era que, para que Espíritu Libre, como grupo nuevo, pudiera tener posibilidades a que una disquera le grabara un disco (completo), podrían haber pasado muchos años de espera… O a lo mejor nunca le hubieran dado la oportunidad”, agrega Aguiñada.
Además de todo esto, el show ofrecido por la banda salvadoreña tenía cierto nivel de complejidad. Sus canciones estaban acompañadas de coreografías, que debían ser creadas desde cero y practicadas para sus presentaciones. También existía cierto nivel de teatro y animación, que volvía a sus conciertos una experiencia diferente en ese momento.
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El impacto musical de la banda salvadoreña Espíritu Libre

Espíritu Libre consiguió un impacto musical notorio en El Salvador. Dando conciertos en centros comerciales del país, en fiestas patronales de distintas locales, además de hoteles y sin olvidar también reconocimientos recibidos, como los “Hijos Meritísimos de San Vicente”, ya que los hermanos Aguiñada son procedentes de San Sebastián.
Con un estilo musical que variaba desde el rock, hasta la salsa y el pop noventero, Espíritu Libre se consolidó como una de las agrupaciones preferidas por los salvadoreños. Y esto no se limitó únicamente a las fronteras del país.
En el exterior, en comunidades salvadoreñas radicadas en países como Estados Unidos, la música de la banda también era disfrutada con nostalgia. Sobre todo, por las letras que con nostalgia hacían recordar a los hermanos lejanos de la belleza de El Salvador.
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Actualidad de la banda salvadoreña

Tras diferentes situaciones, la banda se mantuvo activa hasta el año 2000. No fue hasta el año 2012 en el que la marca de la agrupación se puso en renta para poder ser utilizada por miembros veteranos del grupo.
Entre la agrupación actual se encuentran Flavio Peralta, Berna Oliva, Nelson Alfaro y Wilfredo España. Esta nueva agrupación realiza giras a través de los Estados Unidos.
“Hasta que llegué a un arreglo con Flavio y le vendí la marca a él. Por ahora han seguido haciendo giras en EUA, pero no han hecho nuevas grabaciones”, expresó Luis Felipe Aguiñada.