Antonio Bonilla es un pintor salvadoreño y muralista que destaca por el uso de la sátira, produciendo un toque de irreverencia en su estilo, dentro del cual se refleja abiertamente una serie de tabúes, prejuicios y falsas moralidades que significan una burla al verdadero “salvadoreñismo”.
La obra de Antonio Bonilla es ubicada dentro de las corrientes del expresionismo y surrealismo. Además, cuenta con influencias del arte precolombino (conocido también como arte prehispánico, que se refiere al conjunto de obras artísticas e intelectuales realizadas por los nativos del continente americano antes de la conquista).
Biografía de Antonio Bonilla
Antonio Bonilla nació el 9 de abril de 1954 en El Salvador. Creció en un barrio San Jacinto, en donde pasó su niñez hasta el año de 1966. De sus padres poco se sabe; fue hijo único, vivió solo con su madre, quien era ama de casa y tenía como negocio un salón de belleza. Su padre le brindaba ayuda económica y lo visitaba con frecuencia.
Inicios en la pintura
Desde la temprana edad de 14 años Antonio Bonilla comenzó a dedicarse al arte en la especialidad de la pintura. Años más tarde, inició estudios de Arquitectura, en la Universidad de El Salvador, pero abandonó la carrera para dedicarse de lleno a su pasión que seguía siendo la pintura.
Con el tiempo se volvió un pintor autodidacta porque no le gustaban mucho las cuestiones académicas; participó en las actividades de la comunidad artística llamada La Masacuata de la Universidad Nacional e inició el grupo conocido como “El Primer Post-Art” junto con los pintores Napoleón López, Ricardo Ramírez y Edmundo Valencia. Este trío se caracterizaba por enviar un mensaje de confrontación a través de una talentosa técnica.
Luego en 1972 comenzó a exhibir sus obras y se radicó por cuatro años en México, hasta 1980. Posteriormente regresó a su país, cuando se desarrollaba la guerra civil.
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Trayectoria como pintor
Antonio Bonilla no solo se convirtió en un destacado pintor, también fue creando obras que incluían el dibujo, grabado y escultura. Realizó todas sus pinturas en óleo, acrílico y acuarela sobre canvas o madera en formatos de retablo; Además dibujó en tinta y lápiz y produjo xilografías (grabados) sobre neolite.
Las temáticas que seleccionó para realizar sus pinturas hacían referencia a la destrucción del hombre por el hombre desde un punto de vista contestatario, sarcástico y de humor negro. Insertó en ellas el expresionismo y el surrealismo, con elementos del arte precolombino.
Con dichas temáticas, en el año de 1984 presentó una exposición en el Centro Cultural Tlaolli. Esta presentación marcó un punto de ruptura en la pintura salvadoreña porque fue considerada como valiente y agresiva, con aguda crítica social llena de humor y burla.
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Antonio Bonilla, el maestro del feísmo
Debido a su estilo, Antonio Bonilla fue considerado por otros pintores como el “maestro del feísmo” en el arte nacional. Sin embargo, Bonilla no aceptó dicho nombramiento porque consideró que fue una cuestión sacada de contexto, ya que se había originado a partir de la publicación de un texto escrito por su amigo, el crítico de arte, Reynaldo Echeverría, y que además el feísmo en el arte ya había sido mencionado por el escritor francés Víctor Hugo, en su romanticismo.
El pintor salvadoreño siempre resaltaba que a través de la historia, él solamente había pintado diferentes situaciones, circunstancias políticas y vivenciales.
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Obra, exposiciones destacadas y reconocimientos de Antonio Bonilla
La obra del pintor Antonio Bonilla se destaca por su criticismo satírico de una sociedad corrupta. El artista utiliza figuras y situaciones grotescas para comunicar su disgusto con el abuso del pueblo salvadoreño, creando un estilo polémico similar al del Dadaísta alemán George Grosz, pintor de la época expresionista.
Su habilidad técnica como pintor y dibujante le ayuda para presentar paralelamente sus pinturas con la realidad, en lugar de simplemente crear pinturas y dibujos que sean estéticamente agradables. Sus piezas artísticas presentan figuras deformadas en situaciones inquietantes, que son utilizadas intencionalmente para reforzar el mensaje.
Un claro ejemplo de sus estilos es la pintura “El Nudo”, que presenta a un político y a un policía atados en un pacto que es de mutuo beneficio, pero que excluye a todos los demás. Es un comentario directo sobre la corrupción del régimen salvadoreño, y el desmoronamiento del gobierno y la ley, es decir, las fuerzas que existen para proteger y servir al pueblo.
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Exposiciones destacadas
- Selección de Pintura Latinoamericana en el Museo de Arte Moderno de México 1990.
- Retrospectiva 10 años de trabajo en el Instituto Francés para América Latina (México D. F., 1992).
- 15 artistas salvadoreños en el Museo de Arte de las Américas de la Organización de Estados Americanos (OEA, Washington, D. C., 1992).
- Arte bajo presión en el Museo de la Universidad de Tempe, Arizona en 1995.
- Dioses, espíritus y leyendas en el Museo del Barrio en Nueva York 1999.
- VI Bienal Internacional de Pintura en Cuenca (Ecuador, 1999).
- Nuestro grito cotidiano en el Emschertal Museum (Alemania, 2002).
- Exposición de Arte Latinoamericano en el Centro Nacional de Correos en Río de Janeiro (Brasil, 2005).
- Exhibición de dos murales de su autoría, el primero en el Museo Nacional de Antropología Dr. David J. Guzmán, creado en el marco del Bicentenario y primer grito de independencia de Centroamérica denominados: “200 años de lucha por la emancipación en El Salvador” (2011) y el segundo en el Centro Internacional de Ferias y Convenciones “Alegoría de la guerra civil y los Acuerdos de Paz” (2012).
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Premios recibidos
Algunos reconocimientos recibidos por Antonio Bonilla, debido a su talento en el arte de la pintura.
- Primer lugar del Primer Festival Nacional de Arte en San Salvador en 1971.
- Primer Premio de la Bienal de Pintura Iberoamericana celebrada en México, en 1988.
- Tercer lugar del Certamen Nacional “Benjamín Cañas” en San Salvador, en 1990.