Suchitoto es un municipio ubicado en el departamento de Cuscatlán. Este es es frecuentado por turistas locales y extranjeros por su arquitectura colonial, su vista al lago Suchitlán, y por ser referente de la cultura local. Además, en esta localidad vivió don Alejandro Cotto, considerado como “el hijo más querido de Suchitoto”.
Alejandro Cotto, cineasta, escritor, poeta y promotor cultural reconocido internacionalmente por su trabajo, era conocido como el “Hijo de Suchitoto”.
El autor Miguel Huezo Mixco, y su padre se refieren a don Alejandro de la siguiente manera: “Suchitoto era un pueblo asustado y dividido donde se expresaba con toda crudeza la conflictividad de la guerra civil. Alejandro Cotto lo transformó en un referente de la cultura salvadoreña. Nunca olvidaré lo que mi papá nos decía en la sobremesa: “Necesitamos locos como Alejandro”.
Los inicios de Alejandro Cotto como cineasta
Alejandro Cotto nació el 13 de noviembre de 1928 en Suchitoto. Fue México a estudiar cine, gracias a una beca, y tuvo la oportunidad de trabajar con Emilio Fernández, Julio Bracho y Luis Buñuel, además de ser influenciado por el fotógrafo Gabriel Figueroa.
Cuando retornó a El Salvador, armado con una cámara de 16 mm, produjo dos cortometrajes sobre su ciudad: “Festival en Suchitoto” de 1950 y “Sinfonía de mi Pueblo” de 1951.
Para Alejandro, el camino no fue fácil, pues luego de superar varios obstáculos consiguió producir su primera película llamada “Camino de Esperanza”, en 1959. Documental que hacía una denuncia a la irresponsabilidad paternal.
Al año siguiente, decide estrenarla en Mar de Plata y Panamá, donde los productores alemanes de Kaiser Films se interesaron en coproducir un proyecto con el cineasta.
Es así, como logra su segundo largometraje titulado “El Rostro”, de 1961. Según el director, era “una paráfrasis entre el rostro del hombre y el rostro de la tierra. Y tenía una pregunta fundamental: ¿Quién posee a quién? ¿La tierra al hombre o el hombre a la tierra?”. Este filme se presentó en Berlín, sin embargo, las críticas de sus compatriotas no fueron las mejores.
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Su retorno a El Salvador
Luego de las críticas recibidas por su segunda película, Alejandro realizó producciones encomendadas por funcionarios o instituciones de gobierno durante la presidencia de José María Lemus.
Luego de diez años, Alejandro estrena el documental “El Carretón de los Sueños”, en 1973. Dicho audiovisual plasma la realidad de miles de familias salvadoreñas en la década de los 70s en las ciudades y pueblos de San Salvador.
Para 1979, comenzó el rodaje de su siguiente obra: “Un Universo Menor“, el cual daría a conocer las costumbres de su ciudad natal: Suchitoto. Sin embargo, debido al conflicto armado, su proyecto quedó inconcluso, y Alejandro se dedicó al fomento de la cultura en su ciudad.
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El legado cultural de Alejandro Cotto en Suchitoto
Don Alejandro se encargó de fomentar la cultura y las artes en su municipio natal. Creó el Teatro “Alejandro Cotto”, que es administrado por el Patronato de Restauración Cultural de la Ciudad. En sus instalaciones, se celebra anualmente el Festival Permanente de Arte y Cultura, establecido por Cotto en 1991.
Este festival se celebra en febrero, y participan artistas nacionales e internacionales representando su arte a través de danza, teatro, música, poesía, entre otros. También se le recuerda por la restauración de la iglesia Santa Lucía.
Otro aporte de don Alejandro a su municipio, es la letra y música del himno de Suchitoto, siendo autor y compositor de la pieza que fue heredada al municipio en 1977: “Suchitoto flor y vuelo, fuente de nuestro amor, faro del corazón, nuevo destino te prometemos, nuestro anhelo inspira tu blasón”.
Por su labor cultural, la Asamblea Legislativa lo declaró “Hijo Meritísimo” el 12 de noviembre de 1992, y se le otorgó el Premio Nacional de Cultura por “Rescate Cultura “en 1997.
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La Casa de Recuerdos de Alejandro Cotto
Por otra parte, la casa del artista funciona actualmente como un museo en donde se puede conocer la vida y trayectoria de Alejandro. El museo cuenta con pinturas, fotografías, escritos y muestra las instalaciones de cómo vivía el cineasta, así como muestra sus reconocimientos y objetos personales.
Entre estos recuerdos, destacan la visita de los reyes de España en 2010 a la casa del cineasta. La casa es un homenaje a la ciudad, y desde agosto de 2009 el Centro Cultural Salvadoreño Americano es el administrador y custodio legal de los bienes y muebles del museo.
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La despedida de una leyenda del cine
Los asistentes a su funeral, entonaron la letra del himno a su municipio, mismo que el artista les heredó en 1977, y que también sirvió para darle su último adiós.
Su féretro de madera rústica, y elaborado por carpinteros de Suchitoto recorrió las calles de Suchitoto hacia la iglesia Santa Lucía en una carreta halada por bueyes. Este era el deseo de don Alejandro.
Sus restos descansan en su vivienda, lugar que continúa siendo un sitio turístico y en donde se puede apreciar la riqueza cultural que el cineasta buscó resaltar en su natal pueblo, Suchitoto.