Icono del sitio Guanacos

25 Frases Clásicas de las Mamás Salvadoreñas

Son consejos, dichos y advertencias, muchas heredadas de generación en generación, que por décadas se han escuchado en los hogares guanacos. Son las frases clásicas de las mamás salvadoreñas. Aquí 25 de las más reiteradas a lo largo de los años. Muchas aún se usan hoy día.

1-Mientras vivas en esta casa, se hace lo que yo digo y punto. Frase para ubicarnos sobre la escala de poder, sobretodo cuando nos pasábamos de la raya.

2-Y si yo lo encuentro, ¿Qué te hago?. Cuando mamá nos pedían llevarle algo y argumentábamos no encontrarlo por ningún lado.

3-Cuando vos vas, yo ya vengo. La típica advertencia que se refiere al detector de mentiras y la experiencia acumulada de las mamás.

4-Algún día me lo vas a agradecer. Sabia referencia a la incapacidad de uno de cipote de entender ciertas cosas por falta de experiencia de vida.

5-A tu tata le voy a decir. Cuando todo fallaba, el “as bajo la manga” para “ablandarnos”. La amenaza para lograr mayor cooperación.

Algunas frases clásicas de las mamás salvadoreñas eran relativas a dejar claro los rangos de autoridad en casa. Otras eran de corrección. Muchas, como las siguientes cinco, eran consejos muy sabios…

6-No hagas cosas buenas que parezcan malas. Referente a las apariencias, los juicios de valor y las expectativas sociales

7-Una actitud positiva crea personas de éxito. Una frase de inspiración para fomentar la persistencia y tratar de enderezar el carácter.

8-Pensá, que para eso te dio Dios cabeza. Era la forma directa de sacarnos de la holgazanería e invitarnos a ejercitar nuestro raciocinio.

9-Los trapos sucios se lavan en casa. Una frase en referencia al valor de la prudencia y la discreción, que de cipotes nos hacía mucha falta.

10-Evitar no es cobardía. Una frase preventiva, para inculcar sensatez y mantenernos alejados de problemas

Feliz Día de las Madres

Muchas de las frases clásicas de las mamás salvadoreñas tenían que ver con la “inquietud” de la niñez, con nuestras malandanzas y travesuras. Las queridas madrecitas de otras épocas tenían que lidiar con una educación de mano dura, muchas veces basada en el irrestricto respeto a la autoridad.

11-Al agua queres mojar. Clara prevención de no tratar de creer que podíamos ser más listos que la sabiduría y experiencia maternal.

12-Por allá van a caer tus dientes si me volves a contestar así. Esta era propia de aquellos tiempos cuando la chancleta y el cincho eran normales.

13-Cuando tengas tus propios hijos las vas a pagar todas. Frase de frustración que buscaba empatía, pero que no entendíamos entonces.

14-Vos crees que tengo palito de pisto. La frase favorita para todas las peticiones de dinero o compra de juguetes, tonteras o golosinas.

15-Y si tus amigos se tiran de un barranco ¿vos también te tiras?. Respuesta a todas esas ocasiones en que pusimos a los amigos de ejemplo.

16-Esperate que venga tu papá. Era la frase para inyectar miedo y tratar de intimidar; para maximizar la gravedad de nuestros actos.

17-¿Y vos desde cuando te crees absoluto(a)?. Referencia a las ocasiones en que nos atrevimos a actuar sin permiso o tomamos decisiones osadas.

18-Mirá que te tengo en jabón. Cada vez que nos querían ganar la moral recordándonos de malandanzas pasadas.

Las frases clásicas de las mamás salvadoreñas muchas veces era técnicas para persuadirnos. Algunas veces buscaban evitar el chancletazo o la sacada del cincho. Otras veces era ejercicios creativos para ganar tiempo o tocar emociones propias de la infancia, especialmente el miedo

19-Hay vamos a ver. La clásica frase vaga e incierta que busca ganar tiempo, para ver si se nos olvidaba lo que habíamos pedido.

20-Hay que estudiar para no quedarse de burro. De lo más sensato que nos decían nuestras queridas madrecitas salvadoreñas.

21-Voy a contar hasta tres. Era la frase elegante antes de usar una amenaza que nos recordara quién mandaba en casa.

22. A mi no me importa lo que hagan tus amig@s. Era una frase cuando ya estaban de malas e insistíamos en poner de ejemplo a los amigos.

23. A ver qué haces cuando me muera. Se utilizaba cuando ya estaban cayendo en decepción y buscaban tocar fibras más emocionales.

24. Cuántas veces te tengo que decir que no andes descalzo(a). Por décadas las mamás salvadoreñas han tenido esta obsesión.

25. ¿A qué horas viniste? Ya te dije que aquí no es hotel. Un recordatorio de los horarios del hogar de un añorado El Salvador de otros tiempos.

Si se nos quedó una frase que escuchaste de tu madrecita durante tu infancia, escríbenos a colaboracion@guanacos.com

Comparta con su madrecita o con otras madres, y dedíquele Rayito de Luna, interpretada por el trío Los Panchos. Por que todas nuestras madrecitas salvadoreñas “iluminaron nuestro camino” en nuestra infancia.

También le puede interesar leer sobre Cómo Preservar la Salud Mental en Cuarentena o estas historias personales de Cuatro Rostros de la TV Salvadoreña.

¡Compártelo en redes sociales!
Salir de la versión móvil